Los emulsificantes nutricionales

Varios trabajos de investigación han demostrado que el uso de un emulsificante nutricional combinado con estos extractos tienen un efecto positivo sobre la eficacia de la digestión de las grasas y permite reducir el costo de producción de la dieta.

Escribe: Mg.Sc. Mayra Calagua – Mg. Nutrición – UNALM

Hoy en día, las exigencias por mejorar los índices productivos del animal, implica unas necesidades muy altas de energía metabolizable, las cuales solo pueden satisfacerse con el aporte de grasas o aceites en la dieta, pues no se tiene otra materia prima que contenga la energía que requieran las aves para su acelerado crecimiento. Las grasas son los macronutrientes con densidad calórica más alta, siendo su digestión y absorción procesos complejos, los que las convierten en fuentes de energía en la formulación de raciones. Si bien es cierto, su adición en las dietas ofrece ciertas ventajas como en la mejora de la palatabilidad, características de la carcasa, el rendimiento del crecimiento, eficiencia de la alimentación y reduce el polvo en el alimento. Sin embargo, los altos niveles de grasa a las dietas de los pollos pueden resultar en un exceso de deposición de grasa visceral y en la carcasa o deficiencia de vitamina A y E. Lo
que nos hace pensar, hasta qué punto se puede recomendar su uso sin afectar la calidad y rendimiento del animal.

¿Qué es un emulsificante?

Técnicamente la emulsión es una mezcla de al menos dos líquidos no miscibles. El líquido que se dispersa como gotas es llamado la “fase interna o dispersa”. El líquido que rodea, se llama “fase externa o continua”. Para una absorción adecuada, las grasas deben estar incorporadas en una emulsión, es decir, en una mezcla con una fase
interna dispersa en una fase externa, en donde las moléculas aumenten la superficie de contacto, facilitando así la acción de las lipasas. Los pollos de engorde presentan un crecimiento rápido, lo que les exige una gran cantidad de nutrientes, principalmente de la proteína, lo que dificulta cubrir la energía con solo cereales en la dieta; ante ello, se
recurre a la utilización de aceites, cuyo nivel de uso puede llegar hasta a 4%. Este evento es desventajoso si los pollos no tienen la capacidad para digerir y absorber los lípidos dietéticos. Se sabe que las aves, a diferencia de los otros animales, presentan un mecanismo digestivo de lípidos particulares, no hay acción de la lipasa lingual ni de la gástrica;
por lo tanto, es el intestino el encargado de la emulsión de los lípidos, formación de micelas y absorción, a cargo de ácidos biliares y jugo pancreático. Posteriormente los lípidos hidrolizados son devueltos a la molleja (reflejo enterogástrico) antes de ser absorbidos por el duodeno y la parte anterior del yeyuno.

Un agente emulsificante tiene la capacidad de transformar una superficie hidrofóbica en una hidrofílica. Son sustancias cuyo modo de acción es aumentar la superficie activa de las grasas, permitiendo la acción de las lipasas, para hidrolizar moléculas de triglicéridos en ácidos grasos y monoglicéridos y dar paso a la formación de micelas
que contengan productos de lipólisis. La emulsificación dependerá del tipo de grasa, longitud de la cadena, posición de los ácidos grasos en los triglicéridos y la saturación de las grasas. Se utilizan en la nutrición de las aves para mejorar la digestibilidad de los nutrientes, principalmente la de las grasas, logrando con ello un costo menor de alimentación. Es decir, con su uso se puede formular dietas de menor energía y mantener el mismo rendimiento del animal. Es muy común su uso en aves de temprana edad, ya que la digestión y absorción de las grasas es deficiente debido al desarrollo incompleto del tracto digestivo, pobre actividad de la lipasa y la inmadurez de las funciones biológicas; sin embargo, estos factores mejoran con la edad. Su modo de acción consiste en facilitar la formación de gotitas de emulsión, disminuir la tensión superficial y estimular la formación de micelas así como la de monoglicéridos en el intestino y facilitar el transporte de nutrientes a través de la membrana.

Tipos de emulsificantes

Existen dos tipos: los naturales, los cuales son sintetizados por el organismo; y los nutricionales (sintéticos) que son agentes comerciales que se suelen añadir en la industria pecuaria.

Naturales: como las sales biliares quienes tienen efecto detergente, rompen las moléculas de grasa aumentando la superficie de contacto entre la grasa y las lipasas pancreáticas encargadas de la hidrólisis, dando como productos ácidos grasos libres y monoglicéridos. Los monoglicéridos son también emulsificantes y contribuyen a la formación de micelas ya que poseen una polaridad apreciable por sus grupos hidroxilo libres. Sin embargo, la capacidad de estos
emulsificantes naturales pueden constituir un factor limitante para la digestión de las grasas, ya sea por características naturales de los animales de menor edad que no digieren con facilidad las grasas, o por las características y calidad de grasa que se utilice en la dieta.

Nutricionales: constituyen una herramienta importante para mejorar la digestibilidad de las grasas y con ello mejorar la eficiencia energética, reduciendo los costos de alimentación. Entre los emulsificantes comerciales disponibles incluyen: estearoil-2- lactillato de sodio (SSL), lisofosfolípidos, 1,3 – diacilglicerol, lisofosfatidilcolina, lecitina de soya, etc. Los emulsificantes iónicos, como la SSL, son los responsables de la estabilización de emulsiones tipo aceite/agua. El efecto positivo en el uso de un emulsificante sintético es más evidente, cuanto menor sea la digestibilidad de la grasa, y cuanto mayor sea el porcentaje de grasa añadido en la formulación.

Actualmente en el mercado existen diferentes tipos de emulsificantes; por lo mismo, se recomienda utilizar como referencia el sistema conocido como balance hidrofílico/lipofílico (BHL), para conocer cuán soluble es un producto
en agua o aceite. Presenta una escala de 0-20, la que indica la posible atracción tanto al aceite como al agua. Un bajo número para BHL indica una gran lipofilidad, mientras que un alto valor, una alta hidrofilidad.

El objetivo de usar un emulsificante determina si es más adecuado un equilibrio alto o bajo. De manera ideal, el emulsificante debe de ser soluble en la fase continua (Regla de Bancroft). Cuando se mezcla una cantidad pequeña de agua en un ambiente rico en grasas, se recomienda un equilibrio más bajo (emulsificante liposoluble). Si se mezcla una cantidad pequeña de grasa en un ambiente acuoso, la recomendación es la de usar un emulsificante (hidrosoluble) con un equilibrio más alto. En el caso de un emulsificante nutricional, en el panorama digestivo, se añade una cantidad limitada de grasa al ambiente acuoso del intestino. En este caso es más adecuado un equilibrio alto (hidrosoluble), provocando mayor eficacia en términos del mejoramiento de la digestibilidad de las grasas.
Por otro lado, no se debe descuidar la salud de los órganos que están relacionados directamente con el metabolismo de las grasas, como son el hígado y el páncreas. Existen extractos de plantas que permiten activar la producción y
secreción de bilis, mejorando la función del hígado y la vesícula biliar, facilitando así la digestión de sustancias grasas. Varios trabajos de investigación han demostrado que el uso de un emulsificante nutricional combinado con
estos extractos tienen un efecto positivo sobre la eficacia de la digestión de las grasas y permite reducir el costo de producción de la dieta.

Conclusión

Con el uso de un emulsificante se obtiene un menor costo de la dieta, así como el aumento del rendimiento de los animales. Quiere decir, si antes se agregaba cierta cantidad de aceite o grasa a la dieta para cubrir el requerimiento de
energía, la adición de un emulsificante, permite incluir menor cantidad lípidos de menor digestibilidad, lo que da como resultado un mejor resultado productivo.

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