Micoplasmosis aviar: Ventajas de los programas antimicoplasma para reducir su impacto económico
Sergio Aliaga Benites
Investigación y servicio técnico Levania
La micoplasmosis es una enfermedad que se ha vuelto muy conocida en el sector avícola, debido a las grandes pérdidas económicas que provoca en las granjas que alcanza. Su alta diseminación a nivel mundial, y las múltiples vías de propagación que posee, han resultado en que el control de estos patógenos sea imprescindible para mantener la rentabilidad de los centros productivos.
El género Mycoplasma, de la clase Mollicutes, abarca más de 120 especies, y pueden encontrarse tanto en humanos y animales, como en insectos y plantas. Son procariotas pequeños en tamaño y genoma, sin pared celular (Razin et al., 1998). Aunque la mayoría de micoplasmas tiene tendencia a ser hospedador–específicas, y limitarse a colonizar únicamente superficies mucosas, hay algunos ejemplares que pueden infectar diferentes especies de animales, y poseen la habilidad de penetrar y persistir en las células del hospedador (como M. gallisepticum: capaz de afectar a pollos, pavos, y otras aves) (Ferguson-Noel, 2020). Son 4 las especies de micoplasmas de mayor importancia que encontramos en las aves domésticas (El‐Gazzar & Bradbury, 2020; Stipkovits & Kempf, 1996; Yadav et al., 2022):
• M. gallisepticum (MG): Afecta las vías respiratorias, pudiendo causar una infección por sí mismo; sin embargo, lo más habitual es encontrarlo con otros patógenos y factores predisponentes, desarrollando en conjunto un cuadro de enfermedad respiratoria crónica (ERC).
• M. synoviae (MS) puede causar un cuadro infeccioso de sinovitis, o afectar el tracto respiratorio superior.
• M. meleagridis (MM) infecta solamente a pavos, provocando aerosaculitis, disminución de la producción e incubabilidad.
• M. iowae (MI) está asociado con la reducción de la incubabilidad en pavos.
La transmisión puede darse tanto de forma horizontal y vertical, así como a través de fómites. Su capacidad de sobrevivir varios días fuera del hospedador (1-3 días en heces, 2 días en algodón y caucho; 3 días en el cabello, 4 días en plumas) (Kleven, 1985, citado en Armour, 2020) es una de sus características más problemáticas; al igual que su habilidad de persistir de forma subclínica en algunas aves, diseminándose silenciosamente y de manera persistente entre los galpones (Armour, 2020). Si bien el MG ha sido erradicado de las granjas reproductoras pesadas en la mayoría de países, no sucede lo mismo con la MS, que en la actualidad es la especie más prevalente, tanto en América Latina como a nivel mundial. (El Sitio Avícola, 2016).
El impacto económico causado por estos discretos enemigos es realmente severo para toda la industria avícola. Provoca una disminución de la ganancia de peso corporal, eficiencia de la conversión alimenticia, producción de huevos, incubabilidad; y aumenta la mortalidad, mortalidad embrionaria, huevos de segunda y decomisos de carcasa (Armour, 2020; ElGazzar & Bradbury, 2020; Yadav et al., 2022). He ahí la importancia de contar, además de la importantísima bioseguridad y considerar la vacunación, con programas antimicoplásmicos que permitan controlar eficazmente a estos patógenos si llegaran a nuestras puertas.
Conociendo ya, en principio, a qué nos enfrentamos, el siguiente paso es determinar nuestra contraofensiva: ¿Qué factores debemos de considerar? Además del costo, Uno de los aspectos más importantes a tomar en cuenta al momento de elegir un antibiótico (y que es muchas veces olvidado en la práctica comercial) es la farmacocinética. La biodisponibilidad por vía oral, la distribución tisular y la efectividad (no solo in vitro, sino in vivo) del antimicrobiano son conceptos necesarios para conseguir una concentración efectiva, alcanzar los tejidos objetivos, y lograr el efecto terapéutico deseado; no limitándose solamente a eliminar los signos clínicos con dosis excesivas o insuficientes, sino la correcta destrucción de los patógenos evitando así la resistencia bacteriana.
Entre los antimicoplásmicos más utilizados por la industria avícola encontramos a la tiamulina y la tilvalosina: excelentes antibióticos de amplio espectro frente a MG y MS. Del grupo de los macrólidos (del cual es miembro la tilvalosina) también se utilizan la tilosina, la tilmicosina, la espiramicina y la josamicina. Del mismo modo, la lincomicina, la doxiciclina, y las quinolonas son otros antibióticos efectivos empleados para el control y tratamiento de la enfermedad; aunque es recomendable destinar las quinolonas contra otras infecciones por gram negativos, debido a su gran actividad contra ellos (Armour, 2020; Limpavithayakul et al., 2023; Stipkovits & Kempf, 1996).
Tiamulina
Pertenece al grupo de las pleuromutilinas (siendo un derivado diterpeno semisintético), y está disponible comercialmente como fumarato hidrogenado (Sumano López & Guitiérrez Olvera, 2010). Presenta buena actividad contra bacterias gram positivas (Ornithobacterium rhinotracheale y Brachyspira pilosicoli, micoplasmas, espiroquetas, y algunas gram negativas (Haemophillus sp y Escherichia coli). La tiamulina se ha descrito como uno de los antibióticos más potentes contra Mycoplasma sp (Sumano López & Guitiérrez Olvera, 2010).
Respecto a su farmacocinética, al suministrarse como antibiótico en la premezcla, posee una buena absorción oral y biodisponibilidad; difundiéndose eficientemente a los pulmones, donde alcanza concentraciones cuatro a seis veces superiores a las plasmáticas. Una de las particularidades que posee es su amplia biotransformación en hasta 20 metabolitos, donde algunos aún poseen actividad antimicrobiana (Sumano López & Guitiérrez Olvera, 2010).
La actividad antibacteriana de la tiamulina resulta de su unión a un sitio específico del centro de la peptidil-transferasa de la subunidad ribosomal 50S, inhibiendo la formación de péptidos; asimismo, se une también al sitio V del 23S ARN favoreciendo interacciones hidrofóbicas y cambios que impiden la síntesis de proteínas (Sumano López & Guitiérrez Olvera, 2010).
Tilvalosina
Conocido anteriormente como acetilisovaleril-tilosina, es un macrólido derivado de la tilosina, con un anillo de lactona de 16 átomos altamente activo que presenta una absorción más rápida que su predecesor (Salman et al., 2016). Posee actividad contra bacterias gram positivas, algunas gram negativas, pero sobretodo micoplasmas (Giguère, 2013).
El tartrato de tilvalosina es rápidamente absorbido luego de su administración oral, y es metabolizado a 3-O-acetiltilosina, de equivalente actividad antimicrobiana; en las aves, las concentraciones más altas (de tilvalosina) en plasma son alcanzadas aproximadamente 1 hora después (de su administración oral), para luego ser ampliamente distribuido a los órganos principales, particularmente a los tejidos respiratorios. (European Medicines Agency, 2021; Salman et al., 2016).
Actúa uniéndose también al lado donante de la subunidad ribosomática 50S de las bacterias, impidiendo la translocación necesaria para el crecimiento de la cadena peptídica, inhibiendo así la síntesis de proteínas (Cerdá et al., 2002). También posee un efecto inmunomodulador en las aves, favoreciendo la concentración de neutrófilos, macrófagos alveolares y células del epitelio alveolar en el lugar de la infección (European Medicines Agency, 2021).
Consideraciones finales
Habiendo revisado dos de los mejores antibióticos antimicoplásmicos disponibles, es muy importante también evaluar la mejor vía de administración de los mismos, y cómo evitamos la resistencia bacteriana.
Para conseguir un resultado ágil y eficaz con nuestro programa antimicoplásmico, hay que considerar si las aves ya presentan signos clínicos de la enfermedad. En estos casos, es necesario iniciar no sólo con la administración del fármaco en el alimento; sino que, en simultáneo, debemos aplicar una terapia de choque con un producto soluble a través del agua de bebida. Es por este medio que podemos alcanzar rápidamente la concentración necesaria del antibiótico en los tejidos afectados, y obtendremos una mejor respuesta al tratamiento; recuperando, a la postre, la productividad de los lotes positivos.
Asimismo, una de las problemáticas más grandes con respecto al uso de antibióticos es la resistencia a los agentes antimicrobianos. Una estrategia utilizada para intentar prevenir este conflicto es la rotación cíclica de antibióticos. Consiste en la suspensión del uso de uno de los antimicrobianos por un determinado período de tiempo mientras es reemplazado con otro, para luego ser aplicado nuevamente. El objetivo es disminuir el periodo de exposición de las bacterias a un antibiótico, y la reducción de presión selectiva que dicho fármaco ejerce. Un buen ejemplo de rotación de antibióticos es un programa antimicoplásmico intercalando Tiamulina y Tilvalosina.
Levatil y Levamutín: Moléculas potenciadas, protegidas y granuladas
Levatil 750 es una Tilvalosina protegida al 7.5%, y Levamutin FG, una Tiamulina granulada al 20%: Ambos garantizan tratamientos cortos a bajas dosis. Debido a las características en su formulación, son productos que aseguran su concentración al 100% al término del mezclado. Su rápida acción para la prevención y control de Micoplasmas los hace rentables, con mayor productividad y ganancia comprobadas.
Levatil PS: producto a base de Tilvalosina al 62.5% para su administración vía agua de bebida. Solución para los tratamientos contra Clostridium, ORT y Micoplasmas. Un sobre es suficiente para tratar 2500 Kg de peso vivo.
Conclusiones
El control de la micoplasmosis se ha convertido en un importante objetivo de la industria avícola. La facilidad con la que se transmite y persiste en las granjas, y las enfermedades complejas que causa sólo o predisponiendo a otros patógenos, lo convierten en un potencial enemigo de la producción y la sanidad de las aves. Es imprescindible entonces contar con herramientas que nos permitan enfrentar exitosamente a estos patógenos; pero de igual importancia es saber elegir, de entre todas las opciones del mercado, cuáles son las más eficientes para la tarea, teniendo en cuenta sus propiedades farmacocinéticas y farmacodinámicas, consiguiendo así un programa antimicoplásmico satisfactorio.
Ventajas de los programas antimicoplásmicos con rotación de tiamulina y tilvalosina:
• Facilidad de interpretar las pruebas diagnósticas en laboratorio.
• Aplicación sencilla.
• Rapidez de acción antes de eventos clínicos.
• Terapia mixta: Vía agua de bebida y vía alimento.
• Buen espectro contra MG y MS.
• Permite recuperar productividad de lotes positivos.
Referencias
Puede solicitar las referencias del presente artículo al siguiente correo: saliaga@levania.com.pe
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