Sulfato de cobre microencapsulado

Ing. Gustavo G. Draghi R.
SilvaTeam Perú Comercial S.A.C.
gdraghi@silvateam.com

La inclusión de cobre en las dietas de los animales es una práctica común. Sin embargo, hay que tener en cuenta varios factores. Se demostró por primera vez que el cobre es un nutriente esencial para mantener los niveles de hemoglobina, aunque la sangre contiene poco cobre. El interés por la nutrición con cobre se intensificó en la década de 1930, cuando se demostró que ciertas enfermedades del ganado estaban causadas por una deficiencia de cobre. Estos primeros estudios condujeron a la elaboración de extensos mapas de las zonas con carencia de cobre en todo el mundo y, posteriormente, al uso del cobre en las dietas de los animales.

Las necesidades de cobre suelen estar en el rango de 4 – 8 ppm.

El cobre (Cu) puede existir en 3 estados de oxidación con 2 variantes, por lo que la reactividad con otros iones es inevitable pero variable. Podemos utilizar esta reactividad para desarrollar formas «orgánicas» de cobre. La función principal del Cu es la de cofactor de enzimas críticas en la sangre y los tejidos. Los signos de deficiencia van desde la anemia hasta la formación inadecuada de cartílagos. Aunque los riñones reciclan el Cu con bastante eficacia, el reciclaje de la bilis es deficiente, por lo que la bilis es la principal vía de eliminación cuando el suministro dietético supera la demanda.

Sulfato de cobre antimicrobiano y fungicida:

A veces se utilizan niveles muy altos de cobre como antibacteriano, cuando los niveles se acercan a 25 – 40 veces las necesidades normales.

Frecuentemente se incluye en la ración de las aves en forma de sulfato de cobre como promotor de crecimiento o fungicida por ser muy económico y además eficaz, aplicándose 500 gramos de sulfato de cobre (125 g de cobre) por tonelada métrica (TM).

En caso de infecciones severas provocadas por hongos, se llega a usar hasta 1 kilo de sulfato de cobre (250 g de cobre) por TM, sin tomar en consideración las publicaciones donde se reporta que niveles de 250 ppm, ya pueden causar intoxicación en pollos y la presencia de erosión de molleja. Todavía se utilizan altos niveles de cobre como promotor del crecimiento, a 200 – 250 mg/kg de dieta, aunque la acumulación de cobre en el estiércol está dando lugar a restricciones legislativas. El color del estiércol del ave cambia notablemente, y se supone que habrá algunos cambios en la microflora intestinal.

En los pavos, los niveles elevados de Cu en la dieta provocan una mayor evacuación de los excrementos fecales, que tienen mayor viscosidad y contienen hasta 12.000 ppm de Cu.

Se ha sugerido que el efecto beneficioso de la alimentación con niveles farmacológicos de Cu puede ser el resultado de una mejora del 10-15% en la digestión de la hemicelulosa. Los mejores resultados de la alimentación con niveles elevados de Cu parecen producirse después de que se hayan criado de 2 a 3 campañas en cama reutilizada, lo que implica la alteración del estado microbiano de la cama.

Cuando se alimenta mucho más de 50 ppm de cobre, la mayor parte del mineral acabará en el estiércol.

No cabe duda de que el estiércol como abono procedente de aves alimentadas con altos niveles de Cu aumenta el Cu del suelo, sin embargo, el cálculo de los niveles de acumulación en el suelo y en los cultivos sugiere que se necesitan muchos años para acercarse a los niveles de «saturación» de la EPA, por lo que la principal preocupación actual es la «escorrentía» del suelo hacia las cuencas hidrográficas. Por otra parte, los altos niveles de Cu del estiércol suprimen la actividad de la ureasa microbiana, limitando la liberación de amoníaco.

Toxicidad y Erosión de mollejas (EM):

La toxicidad se produce cuando los niveles dietéticos se acercan a 100 veces lo normal. Inicialmente, la acumulación se produce en el hígado, pero una vez que estos niveles alcanzan 20 – 25 veces lo normal, el Cu se libera en la circulación, lo que provoca la destrucción de los glóbulos rojos. Ningún ingrediente principal de los piensos tiene un contenido de Cu lo suficientemente alto como para causar toxicidad.

La toxicidad también se ha relacionado con la proventriculitis y la erosión de la molleja, junto con la decoloración negra del estiércol.

El sulfato de cobre fue agregado a la dieta de pollos desde el primer día hasta las 3 semanas de edad a una concentración de 0.05% a 0.20% con el objeto de evaluar su influencia en la incidencia de lesiones orales.

Los investigadores sugieren que esta afección se observa casi siempre en los pollos de engorde criados en jaulas experimentales, pero menos en las aves criadas en el suelo, lo que sugiere cierta  protección con el consumo de fibra en la dieta. Otros informes sugieren que esta erosión de la molleja inducida por el Cu puede resolverse parcialmente añadiendo selenio adicional a la dieta.

Hay poca información disponible sobre cualquier efecto negativo de las altas dosis de cobre en la actividad de los probióticos vivos.

Jensen et al.(1991); indujeron lesiones orales en pollos al suplementar cobre a la dieta.

El sulfato de cobre fue agregado a la dieta de pollos desde el primer día hasta las 3 semanas de edad a una concentración de 0.05% a 0.20% con el objeto de evaluar su influencia en la incidencia de lesiones orales.

La incidencia y severidad de las lesiones orales mostraron un incremento lineal a medida que la concentración de sulfato de cobre se incrementaba. La severidad de EM también se incrementó con la concentración de sulfato de cobre. La suplementación en la dieta de sulfato de cobre debe de ser considerada una posible causa de lesiones orales y de EM en pollos.

Las erosiones de molleja (EM), se deben a una sobreproducción de ácido clorhídrico en el proventrículo, y puede ser causada por la presencia de micotoxinas en el alimento, ácidos polinsaturados, niveles altos de cobre, dietas deficientes en Vitamina K y deficiencias de metionina, entre otras. Se ha visto que niveles altos de histamina también pueden producir EM, sin embargo, no se ha encontrado correlación entre los niveles de histamina en la harina de pescado y el puntaje de erosión de molleja. Dentro de los factores de mayor relevancia en la presentación de EM se encuentra un agente etiológico aislado de la harina de pescado denominado mollerosina.

Cuando se usa este producto es extremamente importante seleccionar una buena fuente, que no produzca grumos, así como evitar errores en el pesaje y mezclado que puedan provocar una ingestión excesiva.

Fuentes de cobre

El sulfato de cobre suele ser el estándar, aunque también se comercializan cloruro, óxido y carbonato de cobre. En los últimos años han surgido otras dos cuestiones que han avivado el interés por la fuente de cobre y su biodisponibilidad. Las llamadas fuentes orgánicas de cobre, que suelen estar unidas a aminoácidos o ácidos orgánicos, han reavivado el interés por la bioeficacia de los suplementos minerales.

La proporción de cobre que está disponible para el ave es variable debido a las condiciones de cultivo y al estado nutricional previo de las proteínas animales.

Biodisponibilidad del cobre

La otra área de interés más reciente es la consideración de la disponibilidad de minerales como el cobre en los ingredientes naturales de los piensos. Tradicionalmente, las necesidades de Cu se satisfacen en su totalidad mediante suplementos, sin tener en cuenta el mineral presente en los cereales y las proteínas. Este interés reciente se debe a los intentos de minimizar el suministro de nutrientes de Cu y otros minerales como medio para reducir los niveles de estiércol y así abordar las preocupaciones medioambientales. Aunque es fácil medir los niveles totales de Cu en los principales ingredientes, la medición de la biodisponibilidad es un procedimiento complejo.

Una dieta de inicio para pollos de engorde suele aportar alrededor del 150% de las necesidades de Cu. Sin embargo, la proporción que está disponible para el ave es variable debido a las condiciones de cultivo del maíz y la soja y al estado nutricional previo de las proteínas animales.

La biodisponibilidad se verá afectada por los parámetros utilizados en la estimación, que para el Cu parecen ir desde las simples características de producción hasta los índices de acumulación hepática y biliar. La biodisponibilidad del Cu en el trigo y el maíz parece estar en torno al 80%, mientras que los valores se acercan al 40% en el caso de la harina de soja. Estos niveles más bajos pueden deberse a una mayor unión del Cu con el fitato, por lo que la disponibilidad puede ser mayor cuando se utiliza fitasa. El sulfato de cobre y el óxido de cobre han sido fuentes tradicionales de cobre suplementario, y aunque los valores de biodisponibilidad dependen de numerosos factores, ambas fuentes tienen una media de entre el 65 y el 75%. El cloruro de cobre tribásico (TBCC) se utiliza ahora con frecuencia en el mercado, ya que no presenta problemas de higroscopicidad.

Cobre orgánico

También existe un gran interés por comprobar la eficacia de los productos denominados vagamente «cobre orgánico», que suelen combinarse con aminoácidos o proteínas. A menudo se afirma que estos minerales se absorben y metabolizan preferentemente y ofrecen menos posibilidades de interferencia con otros minerales. Se ha informado de que niveles muy bajos de estos minerales orgánicos son adecuados para las aves de corral con vistas a reducir la producción de excrementos minerales.

Interacciones minerales

La interacción entre el cobre y el zinc, el hierro y el molibdeno suelen describirse como ejemplos clásicos de interacciones minerales. Una gran proporción del cobre se absorbe en el duodeno. Dado que el zinc también se une de forma agresiva al mismo portador de la mucosa, los niveles elevados de zinc en la dieta provocan una competencia que conduce a una deficiencia de cobre, aunque esto es difícil de diagnosticar, ya que la dieta contiene niveles normales de cobre.

La práctica comercial de utilizar niveles farmacológicos de Cu en la dieta para promover el crecimiento de las aves de carne ha sido cuestionada en términos de compatibilidad con las enzimas fitasa. Los altos niveles de Cu en la dieta dan lugar a una menor solubilidad del ácido fítico, lo que puede afectar a la actividad de las enzimas.

Ha habido cierta controversia sobre el impacto de los altos niveles de Cu en los requerimientos de ciertos aminoácidos. La tasa de crecimiento de los pollos deprimida por la alimentación de 500 – 700 mg/kg de Cu en la dieta se alivia con la alimentación extra de DL-metionina. Cuando se utilizan niveles farmacológicos de cobre en la producción de pollos de engorde, es una práctica común añadir metionina adicional. Normalmente, debemos adicionar grandes cantidades de Sulfato de Cobre en las dietas, porque se recombinan y se pierden entre 75 a 95 % en el tracto digestivo, excretándose al exterior y creándose contaminación y malos olores en el medio ambiente.

El metabolismo y la absorción de dicho elemento se ve afectado por el Molibdeno, Azufre, Calcio, Hierro, Manganeso, Zinc, Cobalto, Plomo, Cadmio y Selenio, que usualmente se encuentran en forma inorgánica en las tradicionales pre mezclas de vitaminas y minerales.

La formación de molibdatos indisponibles que se generan en el estómago/proventrículo a causa de -por ejemplo- la interrelación entre el Molibdeno c o n el Cobre y el Azufre, reduce la disponibilidad del Cu debido a su transformación en Sulfuro de Cobre (J. Benitez, 2011), también, su uso afecta la acidez del estómago de los monogástricos.

Las ventajas de micro encapsularlo:

Para evitar todas las interrelaciones mencionadas párrafos anteriores, existe una nueva tecnología que implica microencapsulación del Cobre, el cual al estar 100% protegido, no sufre las pérdidas descritas.

El concepto de micro encapsular al Sulfato de Cobre, el cual lo protege de formar complejos con otros minerales, dañar las vitaminas, evitar la disociación en el estómago/proventrículo generando posibles daños en la mucosa (incluso en excesivas cantidades), generar ulceraciones en molleja/estómago (Jenssen et al.; 1991), alterar la palatabilidad del alimento, y ocupar mucho espacio en la dieta, permite reducir 10 veces la dosis de uso del tradicional Sulfato de Cobre; ya que el mismo pasa prácticamente intacto a lo largo de la porción inicial del tracto gastrointestinal del monogástrico, liberándose justo en el lugar donde es necesario que se libere, cuando las lipasas destruyen lentamente el recubrimiento liberando los cationes de Cu donde son necesarios para que actúen, la porción final del TGI (intestino delgado y grueso).

El efecto multiobjetivo del Cobre micro encapsulado hace la resistencia extremadamente improbable, debido a que el catión de Cobre mata la bacteria muy rápido y casi no deja sobrevivientes. Esto se debe al hecho, que no existe probabilidad alguna que la bacteria ‘aprenda’ cómo resistirse a este elemento, ni existe la posibilidad de pasarle ningún conocimiento a una población significativa de sobrevivientes.

El Cobre se mantiene esencial para la bacteria; y la resistencia bacteriana es normalmente observada contra los componentes no esenciales, tales como muchos de los antibióticos promotores del crecimiento en la alimentación animal.

La resistencia al ion de Cu, el cual es reconocido por la célula como un nutriente necesario, es extremadamente improbable y, por ende, resulta un efectivo potencializador de los APC, mejorando la salud intestinal y el retorno económico.

Conclusiones:

Las necesidades mínimas de Cu en la dieta de las aves de corral se sitúan en torno a 5 – 8 ppm.

El éxito de los niveles bajos de Cu suplementario parece basarse en la reducción proporcional de todas las alteraciones e incompatibilidades con los oligoelementos y no debido al Cu aislado per se.

Cuando se consideran niveles más bajos de Cu micro encapsulados como medio para reducir la contaminación ambiental, y mejorar la integridad intestinal como coadyuvante de los tradicionales APC, hay que tener en cuenta la liberación del Cu en la porción del tracto gastrointestinal en donde es requerido.

Si existe la necesidad de reducir los niveles de Cu en el estiércol, es necesario evaluar la biodisponibilidad del Cu en los 6 u 8 principales ingredientes de los piensos utilizados en todo el mundo. A menudo, >90% del Cu consumido aparecerá en el estiércol, donde la acumulación en el suelo es menos problemática que la potencial lixiviación del Cu en los cursos de agua.

Deja un comentario