Autor: Juan José Garay
Consultor Independiente en Manejo de Reproductoras e Incubación
La productividad de un lote de reproductoras pesadas se construye desde la etapa de levante. Los resultados de producción de huevos (pico de producción y persistencia) están relacionados directamente con las uniformidades de peso y de conformación.
Encontramos en el campo diversas realidades, granjas manuales o automatizadas, semiautomatizadas. Para todas estas realidades, los conceptos para el manejo de las aves son los mismos. Esto debemos tenerlo bien claro. El éxito está en el equipo humano, con un líder puesto al servicio de su equipo.
En base a mi experiencia, trataré a continuación algunos puntos que considero relevantes para lograr lotes uniformes en peso o talla y conformación para lograr picos de producción altos con una buena persistencia en la producción de huevos.
Una cama fría hace que los pollitos se echen sobre ella, afectando el consumo de
alimento y agua

Confort para un adecuado consumo de agua y alimento:
Es importante proporcionar a las aves un adecuado ambiente desde el 1er día de edad. Esto involucra: temperatura, humedad y renovación de aire en la zona de recepción. La temperatura de la cama es muy importante. Cuando la temperatura de la cama no es la recomendada, los pollitos se echan sobre ella para restaurar sus temperaturas corporales. Esto provoca que los pollitos no coman ni tomen agua, deshidratándose, con un consumo insuficiente de energía. Una temperatura desuniforme en la zona de recepción va a causar consumos de agua y alimento desuniformes en las aves, que es lo mismo decir pesos desuniformes.
Velocidad de consumo del alimento:
La ganancia de peso de las aves está directamente relacionada con el consumo de alimento. Las aves no tienen la misma velocidad de consumo, por ello, vamos a observar diferencia de pesos entre ellas, lo que es normal. Por ello, hacer una clasificación por peso a temprana edad, nos permitirá agrupar las aves indirectamente, según su voracidad. Así agrupamos las aves en pesadas, medianas y livianas, desde las más voraces a las menos voraces. Se recomienda realizar la primera clasificación a los 7 días de edad (o antes) para controlar rápidamente el tamaño de las aves. De preferencia primero los machos e inmediatamente después las hembras.
Tomando en cuenta el concepto de la voracidad, es que nos enfocamos en las aves más livianas asignándoles más alimento que las medianas y también prolongar por una o dos semanas más el alimento de inicio, que es más rico en energía y proteína, para ayudarlas a mejorar su peso y talla.
No mezclar las aves después de la primera clasificación:
Solamente en la primera clasificación se mezclan todas las aves. Para las siguientes clasificaciones programadas, se recomienda no volver a mezclarlas. Se sigue el procedimiento de muestreo y determinación de los rangos de pesos para la clasificación. Luego todas las aves se deben pesar en cada corral y se deben reubicar aquellas que por su peso les corresponde ir a un corral o categoría diferente.
Aves con diferencia de peso a la misma edad (Foto: cortesía de Cobb Vantress Inc.)

Balanzas:
Para las clasificaciones por peso, las balanzas de plataforma son las adecuadas hasta la 4ta semana de edad. Una resolución de 1 gramo para la clasificación de la 1ra semana es la que se recomienda. Para la 2da clasificación la resolución máxima recomendada es de 5 gramos. Posteriormente, las balanzas colgantes con una resolución de 10 gramos son las que se recomiendan. Las balanzas colgantes tipo reloj son muy prácticas por que permiten escribir sobre ellas los rangos de peso establecidos. La calibración de las balanzas con pesas patrones es recomendada.
Correlación de la talla de las aves con su peso durante las primeras 08 semanas de edad:
La talla o tamaño del ave tiene una correlación alta con su peso hasta las 12 semanas de edad. Hasta las 08 semanas de edad las aves llegan a desarrollar más del 75% de su talla final. Y a las 12 semanas de edad las aves logran desarrollar el 90% de su talla final, un adicional de 15%. Esto significa que la mayor oportunidad que tenemos para uniformizar las tallas de las aves se tiene durante las primeras 08 semanas de vida.
Desarrollo de la talla (tarso) de la reproductora según su edad
(Foto: cortesía de Winfridus Bakker)

Las clasificaciones por peso al 100% o parciales en este periodo de vida de las aves, ayudan significativamente a controlar la uniformidad de talla. Son los extremos de la población (livianas y pesadas) en las que debemos enfocarnos. Las clasificaciones deben ser acompañadas de una adecuada programación de alimento. Ambas actividades deben ir de la mano.
Conformación y reserva de grasa:
La conformación se refiere a la condición de la pechuga. La condición de la pechuga no es la misma en las diferentes etapas del desarrollo de la reproductora. Es más, se tienen establecidos formas de pechuga para determinadas edades. Estas formas son establecidas por las casas de genética.
Lo importante es tener presente que las aves a partir de la quinta semana deben adelgazarse, controlando estrictamente la curva de peso.
Una talla uniforme se traduce en una conformación uniforme (Foto: cortesía Cobb
Vantress, Inc.)

Ello nos permite luego llenar la pechuga a partir de las 12 semanas en adelante. Un adelgazamiento exagerado pone en riesgo la recuperación de la conformación en forma oportuna.
Cuando hemos trabajado bien la uniformidad del peso a temprana edad, con valores por encima del 80% a partir de la 4ta o 5ta semana de edad, la uniformidad de la conformación se logra fácilmente.
A partir de las 12 semanas de edad, la ganancia de peso de las aves se traduce en una mayor conformación de pechuga. Si hemos logrado una buena uniformidad de peso hasta esta edad, las aves responderán a los incrementos de alimento posteriores con un llenado de la pechuga uniforme hasta el final del levante.
Como consecuencia de un adecuado llenado de pechuga, las aves van a lograr una adecuada reserva de grasa, esencial para la persistencia de la producción de huevos. Los conceptos tratados son básicos, pero que muchas veces en el campo no se pueden poner en práctica. Ese es el reto que tienen los equipos de trabajo en las granjas. La participación de todos permite implementar prácticas que los lleve al éxito.
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