Javier Prieto Jiménez
Veterinario y nutrólogo avícola – Miavit
Problemas respiratorios en aves.
En ocasiones, en nuestras aves de granja nos encontramos una serie de circunstancias que producen una problemática a nivel respiratorio que debemos atajar lo antes posible.
Una de las posibles causas es el manejo: Una inadecuada ventilación, un exceso de amoniaco o ambientes pulverulentos en granjas avícolas, pueden desencadenar una respuesta inflamatoria a nivel respiratorio en nuestros lotes.
Otra causa principal son los agentes infecciosos, Virus, bacterias y hongos pueden producir sintomatología respiratoria; podemos además dividir a estos agentes en primarios, si es que han sido el agente desencadenante de esta enfermedad respiratoria, o bien secundarios, si se han establecido a partir de una infección primaria.
Existe otro factor importante que puede acarrear problemas respiratorios, que es la reacción post vacunal. Bien es cierto que se ha mejorado mucho en este sentido y las vacunas modernas que aplicamos en nuestros lotes cada vez presentan menos problemas, aun así; o bien determinadas condiciones de manejo desfavorables, una insuficiente bioseguridad, o bien la presencia previa de agentes infecciosos secundarios, como, por ejemplo, micoplasma nos pueden dar lugar a una reacción exacerbada e incluso pueden provocar la aparición de enfermedades secundarias.

Sintomatología
En general, estos cuadros respiratorios van a cursar congestión, inflamación del tracto respiratorio, exceso de secreciones, estornudos, ojos llorosos, disminución del consumo de alimento y aumento de morbilidad y mortalidad. Lo que sin lugar a dudas va a producir un descenso de rendimiento de nuestras aves.
Estrés térmico en avicultura
Las aves necesitan mantener su temperatura corporal constante para asegurar una buena salud. Para ello disponen de una serie de mecanismos adaptativos que pueden no ser suficientes si las temperaturas son excesivas. Es entonces cuando se produce el estrés por calor.
Cabe destacar que en esta ecuación no sólo interviene el calor, ya que la elevada humedad relativa empeora considerablemente los efectos de las altas temperaturas.
Los efectos del estrés por calor en aves son muy importantes, especialmente en fases de alta producción.
Podemos decir que la zona termoneutral de un ave adulta se encuentra entre los 18 y los 25°C. Cuando excedemos estas temperaturas se ponen en marcha mecanismos para reducir el estrés por calor, como el aumento de la tasa respiratoria, el incremento de la ingestión de agua y la reducción del consumo voluntario. La activación de estos mecanismos se traduce en una disminución notable de los rendimientos productivos.
Otro efecto destacable del estrés por calor en avicultura de puesta es la disminución en la calidad de la cáscara de huevo.
Esto se debe a que los jadeos de las aves para ajustar su temperatura producen una subida del pH de la sangre. Como consecuencia de esta alcalosis respiratoria la movilización de minerales se ve reducida y disminuyen los niveles de calcio, fósforo magnesio y oligoelementos en sangre. Por tanto, quedan menos minerales disponibles para la formación de la cáscara. Si esta situación se mantiene en el tiempo, pueden aparecer, además, problemas en la formación del hueso medular.
El estrés térmico reduce también el consumo de alimento por las aves, lo que provoca un empeoramiento de la calidad del cascarón y del hueso, debido al menor aporte mineral, junto al ya mencionado efecto de la alcalosis respiratoria. Además, puede conllevar una disminución del tamaño del huevo y, en algunos casos, una disminución del porcentaje de puesta.

Soluciones
Una vez que tenemos esta sintomatología las soluciones no son sencillas: Aumento de la ventilación sin reducir la temperatura de la nave, lo que conlleva a un mayor gasto energético, uso de expectorantes, o incluso, en caso de enfermedades respiratorias, uso de antibióticos para controlar enfermedades bacterianas primarias o agentes infecciosos secundarios.

Otra solución innovadora cuando se nos presenta un cuadro respiratorio en granja es la aplicación, en agua de bebida o vía spray, de aceites esenciales. En todas estas situaciones, la aplicación de productos basados en aceites esenciales vegetales para dosificación en agua de granja o mediante asperjado (espray) permite combatir los estragos de las altas temperaturas y proporcionar un bienestar adicional a los animales por sus efectos antiinflamatorios, refrescantes y estimuladores del apetito.

¿Por qué usar aceites esenciales?
Los aceites esenciales han sido probados eficazmente como solución frente a problemática respiratoria ya que muchos de ellos tienen actividad antiinflamatoria, antibacteriana, expectorante, antioxidante e incluso antiespasmódica. (EMEA, 2006, Hänsel, 2004 Reichling, 2008). Cabe destacar a nivel respiratorio el papel de los receptores TRPM 8 (Cáceres et al 2018, Liu et al 2012).
Estos receptores TRPM8 no solo tienen acción antiinflamatoria cuando son estimulados por compuestos como eucaliptol o mentol, además estos compuestos producen una sensación refrescante (McKemy 2007), podemos comparar dicha sensación antiinflamatoria y refrescante a la que experimentamos nosotros cuando tomamos un caramelo de menta o eucalipto.
Por otro lado, los aceites esenciales de menta y eucalipto han sido eficazmente probados en aves positivas al virus de la enfermedad de Newcastle (Awaad et al 2016). Además, cuando las aves muestran sintomatología respiratoria, como hemos mencionado anteriormente, reducen la ingesta de alimento. Algunos compuestos, como el anetol, principal componente del aceite esencial de anís estimulan el consumo de alimento y mejoran los rendimientos (Tagwa Abdelwhab 2004, Beshara 2018).
¿Cómo aplicar aceites esenciales en avicultura?
Los aceites esenciales se pueden aplicar fácilmente mediante un tratamiento al agua de bebida, pero también, dependiendo de las circunstancias se pueden aplicar mediante otros sistemas, e incluso se pueden incorporar al alimento compuesto.
Miarom L es una respuesta rápida y efectiva a los problemas de estrés térmico, problemas respiratorios y reacciones post vacunales en avicultura, mejora el bienestar animal y permite paliar los descensos en la producción que se producen en estos periodos, mejorando así los índices productivos.

¿Por qué usar aceites esenciales?
Propiedades de los aceites esenciales
- El mentol y el eucaliptol estimulan receptores termosensibles específicos, produciendo en ellos una respuesta similar a la aplicación de frío. Se trata de la misma sensación refrescante que obtenemos al saborear caramelos de menta.
- El anetol, componente principal del aceite esencial de anís, mejora el apetito de los animales y estimula el consumo de alimento.
- Sus propiedades antiinflamatorias, antimicrobianas, expectorantes y antioxidantes favorecen el uso de Miarom L en programas de reducción de uso de antibióticos, ya que posee efectos tanto a nivel respiratorio como intestinal.
En resumen, Miarom L es una respuesta rápida y efectiva a los problemas de estrés térmico, problemas respiratorios y reacciones post vacunales en avicultura, mejora el bienestar animal y permite paliar los descensos en la producción que se producen en estos periodos, mejorando así los índices productivos.

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