Se debe saber que nunca el 100% del aporte de calcio de la cáscara va a ser nutricional, y siempre se suele movilizar parte del hueso medular para la formación del cascarón; por tanto, debemos asegurarnos de la correcta formación de los depósitos de hueso medular.
Autor: Mg. Sc. Mayra Calagua – UNALM (mayra.calagua89@gmail.com)
El huevo de gallina, desde siempre, ha sido calificado como la fuente de proteína más perfecta de la naturaleza, llegándose a convertir en patrón proteico de referencia.
Su formación, es parte del proceso de reproducción del ave, por ello contiene todos los nutrientes necesarios para el desarrollo de un futuro embrión. Además, involucra un gran esfuerzo fisiológico por parte de la gallina que es capaz de depositar alrededor de 7.7 gramos de proteína, 7 gramos de lípidos, 2 gramos de calcio y 40 gramos de agua, entre otros muchos nutrientes.
La gallina produce un huevo cada 24 – 26 horas, durante las cuales todos los componentes necesarios se van sintetizando o transportando hasta el lugar de formación y deben disponerse en la cantidad, secuencia y orientación adecuada.
Cualquier alteración durante el proceso dará lugar a anomalías y, consecuentemente, pérdidas en la calidad del huevo.
La calidad de la cáscara se juzga con base en la textura, color, forma, solidez y limpieza. Además, debe ser liso, limpio y libre de grietas, con una forma, color y tamaño uniformes.
Para la medición del espesor de la cáscara, se tiene en cuenta que una cáscara resistente es aquella que puede absorber y tolerar mayor impacto y otras fuerzas físicas sin agrietarse, los huevos con cáscara delgada y muy porosa están sujetos a una evaporación más intensa pierden peso con mayor rapidez siendo de menor calidad que los que poseen cascarón grueso y poco poroso.
La capacidad de absorber calcio es un importante atributo de la ponedora de alta producción, ya que de esto depende que pueda asegurarse una provisión de calcio para que la cáscara tenga un grosor capaz de soportar la manipulación y evitar la rotura, la gallina ponedora es uno de los animales con el más eficiente mecanismo de manejo metabólico de calcio y de fósforo.
Además, existen diversos mecanismos fisiológicos que permiten que la concentración de calcio en sangre se mantenga relativamente constante y elevada, con la finalidad de conseguir un depósito de cáscara regular.
Las gallinas, para calcificar la cáscara del huevo, utilizan el calcio proveniente mayormente del alimento y la otra parte de la medula ósea de los huesos.
Este proceso se realiza por las noches, donde el consumo de alimento disminuye y por lo tanto no se podría encontrar suficiente calcio disponible para calcificar los huevos; ocasionando cáscaras de menor espesor o cáscaras defectuosas (rotos, rajados, arrugados), los cuales son considerados no comerciales, asimismo utilizan más fósforo para la resorción de calcio de los huesos.
Hueso medular
El hueso medular es un tipo de hueso esponjoso no estructural, altamente especializado que se encuentra principalmente en las cavidades de la médula de los huesos de la ponedora y sirve como una reserva de calcio para la demanda de la formación de la cáscara de huevo, metabólicamente es muy activo: se renueva en tan solo 3 días, en comparación al hueso estructural (cortical) que tiene un período de remodelación de varios meses al año.
Durante el período de puesta y debido a la alta demanda de calcio, las células productoras de tejido óseo (osteoblastos) dejan de producir hueso estructural (cortical) para producir hueso medular.
Este hueso almacena y reabsorbe el calcio fácilmente, por lo que es la primera fuente para movilizar el calcio cuando se requiere.
Corresponde al 12% del esqueleto y se forma 10-14 días antes de iniciarse la postura de huevos.
Consideremos que se necesita un aporte dietético continuo de calcio para mantener este depósito. El 60% del calcio de la cáscara deriva directamente de la ingestión de la dieta, mientras que el 40% restante lo hace del esqueleto.
La gallina prioriza su función reproductora y podría llegar a descalcificarse, aún cuando no tiene suficiente reserva de calcio.
Para hacernos una idea de lo anteriormente mencionado: la formación de 6 huevos supondría la pérdida del 40% del total del calcio del esqueleto.
Solo se desarrolla como hueso medular aproximadamente un tercio total de huesos de las aves, entre ellos: el fémur, la tibia, el peroné, el cúbito y las costillas; su característica común es que se trata de huesos bien vascularizados para permitir el intercambio de minerales.
Los minerales acumulados en el hueso medular se movilizan cuando el aporte de calcio nutricional es insuficiente.
Se debe saber que nunca el 100% del aporte de calcio de la cáscara va a ser nutricional y siempre se suele movilizar parte del hueso medular para la formación del cascarón; por tanto, debemos asegurarnos de la correcta formación de los depósitos de hueso medular, ya que nos proporcionarán un correcto metabolismo del calcio durante toda la vida productiva de la gallina.
Si las reservas del hueso medular se agotan, empiezan a usarse las del hueso estructural, como consecuencia se produce la denominada fatiga de las baterías que provoca la postración de las aves.
Las gallinas que no pueden moverse ni acceder a agua ni alimento, disminuyen considerablemente la calidad del cascarón y se presentan fracturas de cabeza del fémur y de la quilla.
La ingesta de un alimento de prepostura tiene la ventaja con respecto a la utilización inmediata de el de postura, de aportar niveles intermedios de calcio 2.0 – 2.1% y fósforo asimilable 0.45%.
De este modo se minimiza la posible reducción del consumo a consecuencia de una mala palatabilidad de la ración por un exceso de finos aportados por un contenido elevado de carbonato de calcio en forma pulverulenta. En esta fase se recomienda utilizar al menos, 50% del calcio en forma de partículas gruesas.
La mayor parte de la fase de calcificación de la cáscara se da durante la noche, lo que quiere decir, que es el momento en donde el ave tiene mayor demanda de calcio pero que coincide con la poca posibilidad de ingerir alimento.
Para que las gallinas puedan utilizar el calcio procedente de la dieta en esta fase, es imprescindible aportarlo en partículas con un tamaño adecuado para que puedan ser almacenados en la molleja.
Las partículas con un tamaño inferior a 2mm no quedan retenidas en la molleja; sin embargo, las partículas de mayor tamaño (2 – 4.5 mm) son fácilmente almacenadas donde se irán disolviendo progresivamente para garantizar el aporte de calcio necesario para la calcificación.
Experiencias diversas, demuestran que mejores resultados en cuanto a calidad de cáscara parecen obtenerse cuando el aporte de calcio en la dieta proviene del 70% de partículas gruesas y el 30% en polvo en el caso de las ponedoras rubias y, 50% de cada tipo en el caso de las blancas.
Esta diferencia se debe básicamente a los distintos horarios de puesta, más tardía en las ponedoras blancas.
El calcio
La principal fuente de calcio es el carbonato de calcio (CaCO3), obtenido directamente de yacimientos de piedra caliza.
Su contenido en calcio es de aproximadamente de 38% dependiendo de la riqueza de calcita de la materia prima original.
El CaCO3 se presenta en forma de harina, asimismo en forma granulada de 2 a 4 mm de espesor. Otras fuentes de calcio utilizadas con frecuencia en las dietas de las gallinas ponedoras son la conchuela y en menor proporción la harina de algas marinas.
La piedra caliza, es una fuente de calcio de buena calidad y la conchuela es una fuente alternativa.
La utilización de las algas marinas se realiza debido a que poseen alta concentración de calcio disponible, lo que da mayor resistencia a la cáscara de huevo.
Por otro lado, el calcio de la conchuela es tan disponible como la piedra caliza, pero al ser menos soluble y de tamaño más grueso, se libera más lentamente.
Si bien el calcio es un nutriente importante para el fortalecimiento de los huesos, este mineral no funciona solo, la interacción de este con otros nutrientes es importante para la adecuada absorción del calcio dietario:
- El fósforo es un nutriente esencial que forma parte de muchos procesos metabólicos y está relacionado con el metabolismo del calcio para la formación de la cáscara. Cuando hay un exceso de calcio o de fósforo, o de ambos elementos, la disponibilidad del otro puede verse reducida debido a la formación de fosfato de calcio insoluble en el intestino. Por el contrario, sus deficiencias, pueden resultar en una reducción de la calidad de huesos y de la cáscara del huevo.
- La vitamina D3 (colecalciferol) es esencial para la absorción del calcio y del fósforo.
- Puede ser obtenida directamente de la dieta o puede ser sintetizada a partir de su precursor, el 7-dehidroxicolesterol, que se forma en el hígado. Este es transportado a la piel, en donde se transforma en vitamina D3 bajo la influencia de la luz ultravioleta y la temperatura de la piel.
- El magnesio estimula la producción de calcitonina, incrementando el calcio en los huesos, del mismo modo que su extracción de los tejidos. Regula la absorción y asimilación del calcio, ya que suprime la acción de la hormona paratiroidea (PTH), además de activar las enzimas que ayudan a la formación del hueso.
Conclusión
Mantener la calidad del cascarón es de gran importancia, ya que, si la apariencia no es la deseada, la clasificación del huevo se hará de forma arbitraria, generando pérdidas económicas al productor.
Su evaluación es importante para saber si las gallinas están recibiendo una alimentación balanceada, porque puede ser un indicativo el grosor y la resistencia de la cáscara para deducir si el ave está utilizando el calcio intestinal o medular. La buena utilización del calcio depende fundamentalmente de factores nutricionales, con consideraciones de edad, línea genética y fuentes proveedoras de este mineral.
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