Comparación de tres diferentes protocolos de vacunación

Comparación de tres diferentes protocolos de vacunación contra Anemia Infecciosa Aviar con una y dos vacunas en la reproductora y su impacto en la progenie

Luis Abarca-Blanco
MV – Veterinario de Aves para Sur y Centroamérica
Trouw Nutrition

Introducción

La Anemia Infecciona Aviar (CAV) es una enfermedad viral que se encuentra ampliamente distribuida de todo el mundo (El-Bagoury et al, 2013). El CAV ha sido incluido en la familia Anelloviridae y es el único miembro del género Gyrovirus (Vagnozzi et al., 2018). Se han observado diferencias en la patogenicidad entre distintos aislamientos. (El-Bagoury et al., 2013; Mohamed, M., 2010).

Esta patología solo se ha reportado en Gallus gallus, y puede transmitirse de forma vertical u horizontal. Se caracteriza por presentar síntomas clínicos y subclínicos en función de la resistencia que desarrollan las aves con la edad (Fatoba, A & A. Adeleke, 2019; Biarnés, 2008). La gravedad del problema depende de factores como la virulencia de la cepa, la presencia y cantidad de anticuerpos maternos, la edad del grupo de aves y presencia de otras enfermedades concurrentes (Tongkamsai, S, et al., 2019; Mohamed, M., 2010).

La prevención de CAV se logra mediante la transferencia de anticuerpos específicos de la madre al pollito, lo cual se consigue actualmente a través de la vacunación. Sin embargo, algunas empresas optan por inducir la exposición natural al virus en las granjas que enfrentan un desafío constante. En el pasado, solía llevarse a cabo la contaminación de lotes de crecimiento con material de cama de parvadas seropositivas. No obstante, debido a los riesgos sanitarios involucrados y a la dificultad de garantizar una exposición uniforme y adecuada, esta práctica ha dejado de usarse (Schat, K & L. Woods, 2013; Toro, 2010; Todd, 2000; McNulty, 1991). Generalmente, se administra una vacuna durante la fase de crecimiento de las aves. Sin embargo, desde hace tiempo se ha sugerido la necesidad de aplicar una doble vacunación para lograr títulos más consistentes y altos, además de reducir el número de aves con resultados negativos (Sanabria, 2022; Zavala, 2009; Dhama et al., 2008).

Materiales y métodos

Grupos y protocolos utilizados.

Las aves fueron divididas en tres grupos (diferentes lotes comerciales, independientes entre sí, de 30 mil aves cada uno), el primero constituyó el grupo control que recibió el programa de vacunación con una sola dosis de vacuna contra CAV. Por otro lado, los grupos denominados Tratamiento 1 (Tx1) y Tratamiento 2 (Tx2) recibieron dos dosis de vacuna de CAV en diferentes combinaciones. Para este estudio se utilizaron las vacunas con la Cepa Cux-1 y Cepa Del Ros.

Serología

Para el monitoreo se realizó serología en las reproductoras a las 20 y 26 semanas de vida y posteriormente a la progenie de la primera nacida de estos grupos de aves. La misma se llevó a cabo por medio de la técnica de Ensayo Inmunoabsorbente Ligado a Enzimas (ELISA por sus siglas en inglés) mediante el uso del kit de Laboratorio Idexx CAV Ab Test (dilución 1:100) según las indicaciones del fabricante.

Resultados

En las tablas de la 2 a la 5 se pueden observar en detalle. En el sangrado de la reproductora de las 20 semanas, hubo diferencia estadística entre el grupo control y ambos tratamientos; en el sangrado de las 26 semanas, únicamente se observó diferencia entre el control y el Tx1, pero no entre el control y el Tx2 ni entre ambos tratamientos. Tampoco se encontró diferencia en los títulos del pollito proveniente de estas madres de 26 semanas, ni en su patrón de distribución al clasificarlos según el grupo del histograma del ELISA en bajos (grupos 0 y 1), medios (grupos 2 y 3) o altos (grupo 4).

Discusión

Es conocido desde hace muchos años que existe una correlación entre el nivel de anticuerpos neutralizantes y la excreción del virus al ambiente, ya que la transmisión vertical de este es improbable a partir de gallinas con suficiente protección inmunológica (Icochea, 2010; Malo y Weingarten, 1995). Asimismo, se ha descrito que niveles mínimos de anticuerpos pueden no ser garantía para superar desafíos de campo (Malo y Weingarten, 1995). Los desafíos con presentación clínica ocurren cuando las aves estando seronegativas se infectan durante la postura. (Smyth & Schat, 2013). Durante este periodo las reproductoras no presentarán síntomas ni lesiones, lo que hará que el desafío pase desapercibido desde un punto de vista clínico, prolongando la detección del problema (Biarnés, 2008).

Históricamente se ha creído que la seroconversión entre las 16 y 20 semanas garantiza la protección en la progenie. Sin embargo, se ha observado que incluso cuando esta seroconversión ocurre, la transmisión vertical puede ocurrir (Zavala, 2009).

Debido a la importancia anteriormente anotada de la correcta inmunidad en las madres es que se acostumbra a realizar un monitoreo serológico previo al inicio de la producción (Biarnés, 2008). Esta evaluación generalmente se lleva a cabo por medio de la técnica de ELISA ya que otras técnicas como virus neutralización e inmunofluorescencia resultan poco prácticas cuando hay que analizar grupos grandes de muestras (Fatoba y Adeleke, 2019; Todd, 2000). Basado en lo anterior y al ser lo más usado en la industria es que se decidió utilizar el ELISA como método de monitoreo y se eligió el kit de Laboratorio Idexx CAV Ab (dilución 1:100) ya que este permite una mejor visualización del comportamiento de los títulos.

En este estudio se comparó los títulos de aves reproductoras con un protocolo de una sola vacuna contra otros dos protocolos donde se utilizan dos vacunas a las 10 y 16 semanas respectivamente. En el mercado existen tres tipos de cepas vacunales: Cux-1, Del Ros y Cav P4, cada una con diferentes características en virulencia, inmunogenicidad, formas de aplicación, entre otras (Torrubia et al., 2014; Icochea, 2010). Esta prueba se llevó a cabo únicamente con las cepas Cux-1 y Del Ros. La colocación de estas vacunas es sugerida entre las 10 y 18 semanas de vida o al menos 5 semanas antes de entrar a producción para evitar el paso del virus vacunal a la progenie y la aparición de un problema inducido (Fatoba y Adeleke, 2019; Moeini, 2011; Toro, 2010).

La respuesta inmunológica después de la vacunación debe ser siempre evaluada mediante el título medio, pero también con el %CV que hace referencia a la uniformidad de los datos. Por consiguiente, uno de los principales pilares para la prevención de CAV es tener una buena y uniforme seroconversión con un título serológico medio alto y un %CV bajo (Schwefer et al., 2012).

En el sangrado a las 20 semanas de edad en la reproductora se muestra una diferencia significativa (p<0,01) a favor de los grupos con doble vacunación, los cuales muestran también menores %CV. Con relación a esto se debe tomar en cuenta que en el caso de los Tx1 y Tx2 la primera vacuna se colocó a las 10 semanas y el refuerzo a las 16 semanas, mientras que el grupo control únicamente recibió una vacuna a las 16 semanas y este sangrado se llevó a cabo solo cuatro semanas después. Se debe considerar que CAV es un virus que difunde horizontalmente de manera lenta razón por la cual cuando hay brotes la transmisión vertical puede durar hasta nueve semanas mientras todo el lote logra un nivel de anticuerpos neutralizantes para evitar el paso del agente a la progenie (Smyth & Schat, 2013).

En cuanto al sangrado de las 26 semanas de edad de la reproductora ya las diferencias se acortan y únicamente se ve diferencia significativa (p<0,05) entre el grupo control y el Tx1, pero no entre el control y el Tx2 o entre ambos tratamientos. Acá también los %CV de los grupos con doble vacunación fueron menores al control.

Cabe destacar que ya para este periodo se permitió un mayor tiempo para la propagación del virus, llevando a cabo el muestreo diez semanas posteriores a la vacunación de las 16 semanas la cual todos los grupos recibieron, siendo este un espacio muy cercano al máximo descrito que podría requerir un lote para lograr anticuerpos neutralizantes en toda la parvada (Smyth & Schat, 2013).

Anteriormente Schwefer y colaboradores (2012) en su estudio concluyen que las aves vacunadas con la cepa menos atenuada (Cux-1) y vía agua de bebida presentaron mejores títulos y un menor coeficiente de variación que el grupo donde se utilizó una cepa parenteral. Sin embargo, ellos lo evaluaron mediante serología tan solo cuatro semanas después de la vacunación.

Varios autores coinciden en que la cepa vacunal que viene para ser utilizada al agua y que es producida en embrión de pollo (Cux-1) es poco o nada atenuada en comparación con las aplicadas por vía parenteral y que con el uso de esta prácticamente lo que se hace es una infección natural controlada (Torrubia et al., 2014; Todd, 2000). Aunque es probable que este virus se haya ido atenuando debido al gran número de pasajes y manipulaciones que ha sufrido esta cepa a lo largo de los años (Toro, 2010; Baraibar, 2006).

Malo y Weingarten (1995) mencionan que en estudios previos se ha sugerido que no todas las parvadas responden serológicamente igual posterior a la vacunación, observándose diferencias entre granjas. También hacen referencia a que la aplicación de la vacuna con la cepa Cux-1 por agua de bebida responde muy lento logrando títulos altos y suficientes para prevenir la transmisión vertical hasta 7 u 8 semanas después de la vacunación. Por su parte la vacuna con la cepa Del atenuada (Cux-1) y vía agua de bebida presentaron mejores títulos y un menor coeficiente de variación que el grupo donde se utilizó una cepa parenteral. Sin embargo, ellos lo evaluaron mediante serología tan solo cuatro semanas después de la vacunación.

Varios autores coinciden en que la cepa vacunal que viene para ser utilizada al agua y que es producida en embrión de pollo (Cux-1) es poco o nada atenuada en comparación con las aplicadas por vía parenteral y que con el uso de esta prácticamente lo que se hace es una infección natural controlada (Torrubia et al., 2014; Todd, 2000). Aunque es probable que este virus se haya ido atenuando debido al gran número de pasajes y manipulaciones que ha sufrido esta cepa a lo largo de los años (Toro, 2010; Baraibar, 2006).

Malo y Weingarten (1995) mencionan que en estudios previos se ha sugerido que no todas las parvadas responden serológicamente igual posterior a la vacunación, observándose diferencias entre granjas. También hacen referencia a que la aplicación de la vacuna con la cepa Cux-1 por agua de bebida responde muy lento logrando títulos altos y suficientes para prevenir la transmisión vertical hasta 7 u 8 semanas después de la vacunación. Por su parte la vacuna con la cepa Del En el análisis de los títulos de los pollitos provenientes de la primera nacida de cada grupo no se encontró diferencia significativa en sus promedios (p>0,05) y los %CV de variación fueron muy similares entre sí. Lo anterior pese a que en el análisis de los datos de las madres a las 26 semanas si la hubo y a que la progenie de Tx1 tuvo un promedio mayor. Cabe destacar que se ha sugerido que la transferencia de anticuerpos no es un proceso pasivo e invariable y se ha visto que no necesariamente madres con altos títulos los van a trasladar a su progenie; lo anterior podría ser dependiente de factores como la condición de las madres, el compañero de apareamiento, sexo de la progenie o incluso la posición del huevo en la serie de postura de la madre. Sin embargo, muchos de estos procesos aún no se conocen con total certeza (Coakley et al, 2014).

En el pasado se han llevado a cabo diversos estudios para establecer el título protectivo mínimo para evitar la transmisión vertical de CAV. Uno de los primeros fue el elaborado por Malo y Weingarten (1995) en el que determinaron que las aves requieren al menos un título de log2 8 en virus neutralización para evitar el pasaje del virus a la progenie. Por otro lado, Laboratorios Idexx indica que en su kit de ELISA (dilución 1:100) este valor equivale a títulos superiores a 1000 los cuales se ubican en el grupo 1 de su histograma (Tapia, 2019, Leathers et al., 2003).

Por lo que también se realizó una comparación entre la distribución de los títulos de cada tratamiento clasificándolos en bajos, medios y altos basado en lo sugerido por Tapia (2019) y Leathers y colaboradores. (2003) con la idea de evaluar por ejemplo si alguno de los protocolos generaba mayor cantidad de títulos altos. En esta comparación tampoco hubo diferencia significativa (p>0,05).

En conclusión, los resultados del presente estudio no muestran un beneficio claro al aplicar una segunda vacunación contra CAV. Es importante considerar los protocolos de vacunación utilizados y el hecho de que no todas las vacunas estén registradas en diferentes países. Además, sería válido repetir el estudio con otras combinaciones de vacunas o al comparar distintas cepas vacunales, debido a las diferencias descritas en su virulencia e inmunogenicidad. Por lo anterior y debido a la situación particular de cada empresa, se deberá realizar un análisis y evaluar si la segunda dosis es necesaria y económicamente viable de acuerdo con su realidad.

Referencias

*Solicitar referencias a luis.abarca@ trouwnutrition.com

Deja un comentario