Para quien se ha criado junto a la avicultura de traspatio, crecido con la llegada de la avicultura industrial para luego y desde un punto de vista profesional y empresarial, dedicarme a la avicultura industrial, es un tema nuevo, con muchos puntos de vista.
Autor: Dr. Isidro Molfese – Especialista en sanidad y producción avícola
La preocupación por el bienestar animal no es nueva y de aquí, el interés por el bienestar en particular, en las gallinas ponedoras de huevos para el consumo humano. Para quien se ha criado junto a la avicultura de traspatio, crecido con la llegada de la avicultura industrial para luego y desde un punto de vista profesional y empresarial, dedicarme a la avicultura industrial, es un tema nuevo, con muchos puntos de vista.
En 1822 se sancionó en Inglaterra la primera ley para la protección de los animales. La protección, el buen trato y las buenas prácticas se fueron aplicando, viendo por los resultados en lugar que el objetivo fuera el animal y lo que sería su bienestar. Siempre he considerado que cuidar, la sanidad, el medioambiente y la nutrición, eran factores suficientes para cubrir las necesidades de las aves. Es más, siempre consideré una prueba biológica de bienestar de las gallinas, los niveles óptimos de producción.
Aquellas aves de traspatio tenían en su contacto directo con el ambiente, parásitos internos y externos y enfermedades infecto-contagiosas, de origen bacteriano. El único caso que recuerdo de origen viral en mi niñez son la fiebre aftosa y la encefalitis que le tomó a mi medio de locomoción, para ir a la escuela.
Al no cuidar el medioambiente o estar expuestas al medioambiente, las aves cumplían su ciclo natural de postura que como todos conocen, tiene característica estacional. Cuando se acorta el período lumínico y bajan las temperaturas, por un mecanismo de defensa de su progenie, dejan de producir.
El cuadro sanitario y medioambiental se solucionó cuando llegó la avicultura industrial y se le sumaron: el mejoramiento genético y el nutricional. Ahora vemos que todo esto, está en período como de revisión o cambio, para mejorar el “mejorado” bienestar de las gallinas. Transmito la preocupación de los jefes de los servicios veterinarios de dos países de la región cuando el Primer Congreso Hemisférico sobre Bienestar Animal, llevado a cabo en Montevideo. Los colegas manifestaron su preocupación sobre cómo transmitir a sus ministros de agricultura y que la misma llegara a una reunión de gabinete de sus gobiernos, frente a los problemas de bienestar en la población humana. Hoy mismo vemos que cuando se hace cualquier presentación en relación con la avicultura, se habla de su misión tan importante por su aporte de alimentos de alto valor nutricional, a costos bien accesibles.
Digo esto recordando lo que objetó un presidente de la organización avícola para la que trabajaba e informaba acerca de cantidad de normativas que según él: incrementaban costos, sin aportar beneficios al producto. Realizadas todas estas consideraciones a modo de antecedentes, debemos tomar conciencia de la realidad nueva que se ha instalado que es, la necesidad de atender el bienestar de las gallinas ponedoras en el caso que nos ocupa.
El tomar conciencia equivale a saber que el tema está instalado y debemos trabajar con este concepto, dado que ya se estudia en las facultades y se va orientando a los consumidores que exijan productos de animales que producen, bajo normas de bienestar animal.
El Organismo Internacional Gubernamental que es la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE), sigue trabajando en dirección que le indican sus mandantes y sus mandantes son, los delegados signatarios de cada uno de nuestros países.
Ahora es el momento de tomar posición por parte de los interesados y a la industria, que le va a caer el peso de las inversiones y mayores costos, le corresponden dar su punto de vista o hacerlo llegar a los funcionarios.
Durante la última semana del mes de mayo, se estarán tomando decisiones para el Código Sanitario para los Animales Terrestres en la Asamblea Anual de la Organización Mundial de Sanidad Animal, que va a repercutir en las aviculturas de cada uno de nuestros países. Habrá quienes con su silencio, dejarán que se avance en exigir condiciones que luego, pueden ser una oportunidad comercial. Aquí hay un trabajo muy importante que deben llevar a cabo las entidades representativas del sector y el hacer silencio, dará lugar a aprobar normativas que no sabemos, a quienes van a beneficiar o a quienes, pueden llegar a perjudicar.
Si la responsabilidad ha sido doble ahora lo es más, recordando el bienestar de los consumidores cuidando su nutrición y la de las gallinas, cuidando lo que se decida con respecto a su bienestar.
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