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Estrés térmico en ponedoras: cómo mantener la productividad frente a este desafío

Estrés térmico en ponedoras: cómo mantener la productividad frente a este desafío

Fuente: Liliana Borges y Melina Bonato I&D, ICC Brazil

Con la llegada de las estaciones cálidas, primavera y verano, aumenta la preocupación por el estrés térmico en las aves. Esto se debe a que las aves son extremamente sensibles a los cambios climáticos, ya que tienen una mayor capacidad de retención de calor en comparación con la disipación. O sea, en regiones o países tropicales, como Brasil, el estrés térmico acaba convirtiéndose en un problema corriente con cierta dificultad de control en las propiedades. Además de la nutrición, salud y manejo, el ambiente es un factor de gran importancia en la cría de aves, pues proporcionará el bienestar animal por medio del bienestar térmico de las aves; el diseño de los galpones e instalaciones debe ser tenido en cuenta, porque influirá directamente en el desempeño animal.

De acuerdo con Nascimento et al. (2017), las funciones respiratorias de los pollos de engorde están estrechamente relacionadas con el peso corporal y pueden ser medidas utilizando el flujo de calor. El flujo de calor sensible en las aves, definido por la cantidad de calor transferido entre los cuerpos, produciendo una variación en su temperatura, es mayor entre 1 y 10 días de edad. Después de esta fase inicial, el flujo permanece constante hasta los 21 días y después disminuye considerablemente hasta los 42 días de edad en los pollos. En las ponedoras que tienen un ciclo de producción más grande, el flujo de calor es similar. Es decir, las aves en las etapas finales de producción tienen menor capacidad para realizar este intercambio de calor, lo que las hace más sensibles u genera el estrés térmico. Wathes y Clark (1981).

Ofrecer mejores condiciones en las primeras etapas y el crecimiento de las aves es esencial, ya que el desafío ambiental y el de la dieta pueden determinar el desempeño de la producción. Sabemos que, aunque los polluelos tienen un tracto digestivo anatómicamente desarrollado al nacer, la maduración ocurre solamente en las semanas siguientes de cría. Además de ser responsable por la digestión final y absorción de los nutrientes, el tracto digestivo es extremamente esencial para el adecuado funcionamiento del sistema inmune, ya que aproximadamente una cuarta parte de la mucosa intestinal de las aves está compuesta por tejido linfoide y más de 70% de éste son células del sistema inmune, incluyendo células no organizadas o dispersas (lámina propia, leucocitos y linfocitos intraepiteliales), como también los altamente organizados folículos linfoides (placas de Peyer, donde IgA y linfocitos B son generados). El sistema inmune demanda varios alimentos y mucha energía del metabolismo para responder a los desafíos.

Por eso, es esencial entender cómo los estímulos estresantes influyen directamente en la salud, para que podamos proporcionar el apoyo necesario para que las aves expresen su máximo potencial de desempeño durante el período de cría. De ese modo, ejecutar las prácticas en el proceso de cría de forma correcta, como manejo adecuado, conferir la cordura en la granja, cumplir con el programa de vacunación, controlar las variaciones bruscas de temperatura y humedad del galpón, ofrecer una ración equilibrada con ingredientes de buena calidad y aditivos naturales, afectarán directamente a la salud y producción de los animales, amenizando los estímulos estresantes naturales a los que estas aves son sometidas.

En el mercado, hay disponibles aditivos naturales capaces de suministrar compuestos que estimulan al organismo a responder con más eficacia frente a los estímulos de estrés impuestos por el campo. La suplementación con pared celular de levadura incluída en la dieta fue estudiada en varias especies, y estos aditivos tienen un papel importante en la inmunomodulación por medio de los betaglucanos y la aglutinación de patógenos por el MOS. Fue realizado un estudio en la USP, Campus de Pirassununga (Koiyama et al., 2015), que evaluó el efecto de diferentes dosis de pared celular de levadura (producto ImmunoWall®, ICC Brazil) en la producción y calidad de huevos de ponedoras. Las ponedoras fueron evaluadas de 26 a 66 semanas de edad y fueron distribuidas entre los tratamientos: control, 0,25 kg/ton ImmunoWall®, 0,5 kg/ ton ImmunoWall® y 1 kg/ton ImmunoWall®.

Las aves que recibieron dietas complementadas con ImmunoWall® mostraron mejores resultados de producción y calidad de huevos (Cuadros 1 y Gráficos 1 y 2).

Entre el período de 26 a 50 semanas de edad, hubo una gran ola de calor que provocó un estrés térmico en las aves, resultando en la reducción del consumo de alimento y consecuentemente una reducción en la producción de huevos y otros parámetros. Sin embargo, las aves que recibieron dietas complementadas con ImmunoWall® recuperaron y mantuvieron mejores índices de producción (Gráficos 1 y 2).

Todos los tratamientos con ImmunoWall® proporcionaron efectos positivos en comparación con el control, siendo que la inclusión de 0,5 kg/ton fue la que presentó mejores resultados (P<0,05) (Cuadro 1).

El estrés térmico de 26 a 50 semanas de edad proporcionó una variación en los resultados, y en la semana 46 hubo una reducción brusca en consumo de alimento y producción de huevos. Sin embargo, las aves que recibieron dietas suplementadas con ImmunoWall® mantuvieron mejores índices totales de producción en comparación con el control, con una mejora de 3% en consumo de alimento (Control x 0,5 kg/ton ImmunoWall®) y 5,8% en producción de huevos (Control x 0,5 kg/ton ImmunoWall®).

La eficiencia en la producción animal es una búsqueda constante, y la necesidad de conocer mejor los factores como nutrición, manejo y salud, así como factores externos como el estrés térmico, son extremadamente importantes porque influyen directamente en el desempeño productivo. Por ser muy sensibles al calor, las aves tienden a sufrir estrés cuando ocurre una variación brusca de la temperatura ambiental, por eso es de vital importancia proporcionar condiciones para que respondan con mejor eficiencia a estos desafíos estresantes.

Considerando que la producción de huevos es un negocio altamente desafiante, el fortalecimiento del sistema inmunológico y el mantenimiento del microbiota intestinal pueden ser una de las claves para una mejor productividad. ImmunoWall® es una solución natural que modula el sistema inmune innato y mejora la integridad intestinal, preparando a las aves para responder con más rapidez a las tensiones ambientales, consumiendo menor energía del metabolismo y manteniendo el desempeño.

Bibliografía

Para mayor información sobre la bibliografía, comunicarse al email: melina.bonato@iccbrazil.com.br

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