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Cuatro formas en que la gestión de la salud intestinal y la nutrición puede reducir la incidencia de huevos sucios

Cuatro formas en que la gestión de la salud intestinal y la nutrición puede reducir la incidencia de huevos sucios

Los probióticos pueden equilibrar el entorno intestinal excluyendo los patógenos y equilibrando el órgano más importante de la gallina.

Fuente: Carlos de la Cruz, experto mundial en producción de huevos, Evonik Health and Nutrition GmbH (Traducción redacción Actualidad Avipecuaria)

El manejo de la nutrición y la salud intestinal es esencial para lograr cáscaras de huevo limpias. La selección de piensos, en particular, es vital. Por ejemplo, es fundamental que los productores estén al tanto de cualquier factor anti nutricional, toxina o contaminante contenido en el pienso que pueda provocar desequilibrios nutricionales, enfermedades intestinales y una reducción de la salud de las aves.

1. Gestión de fibra

La cantidad y el tipo de fibra en el alimento afecta el desempeño intestinal adecuado. Por ejemplo, la fibra soluble es difícil de digerir debido a su alto contenido de NSP (polisacáridos sin almidón). Los NSP pueden aumentar la viscosidad intestinal y retener una gran cantidad de agua, lo que provoca huevos sucios y otros problemas. La cebada, el centeno, el trigo o el triticale tienen niveles más altos de NSP que el sorgo o el maíz. Complementar la fibra con altos niveles de NSP con enzimas (β-glucanasas y xilanasas) mejora el valor nutritivo de las dietas y ayuda a superar los problemas. La fibra insoluble también tiene beneficios comprobados, ya que tiene un efecto abrasivo en el intestino, mejorando la digestión de nutrientes y mejorando la salud intestinal. Por lo tanto, deben incorporarse al pienso ingredientes fibrosos con una gran capacidad de absorción de agua.

2. Rendimiento afectado por el tamaño de las partículas

Las parvadas se benefician al ser alimentadas con partículas más grandes y gruesas a medida que desarrollan mollejas más grandes y musculosas y tractos intestinales más largos. El aumento del tiempo de retención también estimula la caída del pH, lo que tiene un efecto bactericida. Las partículas de alimento más grandes tienen un tiempo de tránsito más largo a través del intestino, lo que mejora la longitud de las microvellosidades y aumenta el área de superficie de absorción en el intestino y, por lo tanto, afecta positivamente la digestibilidad y la absorción de nutrientes.

3. Debe controlarse la ingesta de proteínas

Los productores también deben tener cuidado con los niveles de proteínas. Cualquier exceso conduce a una mayor excreción de nitrógeno que afecta negativamente la salud de las aves y el medio ambiente. La porción de aminoácidos y nitrógeno no aminoácido que no se digiere en el tracto digestivo actúa como sustrato para los microbios que pueden generar toxinas. Este material puede dañar el íleon, causando un crecimiento excesivo de bacterias patógenas, desequilibrio en el ecosistema intestinal, irritación intestinal, disbacteriosis y en algunos casos enteritis necrótica subclínica.

La determinación de BA (Aminas Biogénicas) en los ingredientes de los piensos, como la harina de pescado o los subproductos animales, ayuda a evaluar la calidad y el grado de deterioro del material antes de la producción de piensos. Además, es importante hacer la asociación entre el contenido de BA y la carga bacteriana en el alimento.

4. Los probióticos pueden ayudar

Las bacterias beneficiosas deben formar parte del entorno intestinal. Los probióticos han demostrado ser una forma fácil de influir positivamente en las poblaciones del intestino. Los probióticos son microorganismos vivos que pueden alterar la dinámica de la microflora intestinal y, por tanto, mejorar el rendimiento y la salud de los animales mediante la combinación de diferentes mecanismos de acción.

El intestino no solo es el órgano principal para la digestión y absorción de nutrientes, sino que también funciona como el primer mecanismo de protección frente a patógenos exógenos. Cuando la función intestinal se ve afectada por patógenos, no solo hay una respuesta inmunológica, sino también un cambio en la velocidad de paso, la digestión, la secreción de mucina y un aumento en las tasas de renovación del epitelio intestinal.

La ingesta reducida de alimento resulta en un mayor requerimiento de mantenimiento, con desviación de nutrientes para reforzar el sistema inmunológico. La energía y los nutrientes gastados para montar una respuesta inmune lo suficientemente fuerte como para derrotar la enfermedad, debido a un ecosistema microbiano alterado, reducen la absorción y digestión de nutrientes (aumento de FCR), sobreestimulan el sistema inmunológico y por lo tanto desencadenan enteritis y pérdidas notables de rendimiento.

Problema multifacético

El tema de los huevos sucios es multifacético. Sin embargo, en gran medida, el problema se puede mejorar mediante el uso de cereales con bajo contenido de NSP o suplementos de enzimas NSP en la dieta; incrementar el uso de fibra insoluble; utilizando alimentos bajos en proteínas con un perfil de aminoácidos correctamente equilibrado y restringiendo el uso de subproductos animales para minimizar el riesgo de alto contenido de aminas biogénicas. Finalmente, la adición de probióticos puede equilibrar el entorno intestinal excluyendo los patógenos y equilibrando el órgano más importante de la gallina para apoyar y mejorar la productividad y la mejor calidad del huevo.

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