Fuente: Agrositio
Los fitoquímicos son compuestos bioactivos naturales derivados de las plantas, se destacan por sus propiedades antimicrobianas y antioxidantes que ayudan a combatir las enfermedades, promover su rendimiento, y potencian la inmunidad innata de los pollos.
Los compuestos fitoquímicos bioactivos se encuentran en los alimentos vegetales que se consumen comúnmente, como frutas, verduras, bebidas y especias. Los fitoquímicos incluyen compuestos como polifenoles, fitoesteroles, saponinas, alcaloides, salicilatos, glucosinolatos, polifenoles, inhibidores de proteasas, monoterpenos, fitoestrógenos, sulfuros, terpenos, lectinas y muchos más. Pueden ser utilizados en forma sólida, seca y molida o como extractos crudos o concentrados.
Entre la amplia variedad de hierbas y especias que se aplican en la alimentación de rumiantes, porcinos y aves de corral se destacan el tomillo, el orégano, el romero, la mejorana, la milenrama, el ajo, el jengibre, el té verde, el comino negro, el cilantro y la canela. También se pueden encontrar en varios aceites esenciales como el timol, el carvacrol, el cinamaldehído y el eugenol, el cilantro, el anís estrellado, el jengibre, el ajo, el romero, la cúrcuma, la albahaca, la alcaravea, el limón y la salvia individualmente o como mezclas para mejorar salud y rendimiento.
Para el especialista Mariano Fernández Miyakawa, investigador del Instituto de Patobiología (IPVET) del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria de Argentina (INTA), en salud animal la “clave” es la prevención a partir de las buenas prácticas, el bienestar animal, el uso correcto de las vacunas y la adecuada selección de aditivos en los alimentos que permitan sustituir el uso innecesario de los antibióticos.
De acuerdo con Fernández Miyakawa, “los efectos beneficiosos de los fitoquímicos se atribuyen, en gran parte, a sus propiedades antimicrobianas y antioxidantes”. En esta línea, no dudó en asegurar que “incluirlos en las dietas modula la microbiota intestinal y reduce los metabolitos tóxicos en el intestino, lo que resulta en un alivio del desafío intestinal y el estrés inmunológico, mejorando así el rendimiento”.
Otro efecto beneficioso al que hizo referencia el investigador del INTA es que los fitoquímicos producen una reducción del estrés oxidativo en varios tejidos, una reducción del desafío microbiano y, por lo tanto, mejora de la salud de los animales.
Asimismo, explicó que “los fitoquímicos también ejercen su acción a través de efectos inmunomoduladores y anti-inflamatorios, que incluyen efectos sobre la proliferación de células inmunes, la modulación de citocinas y el aumento de los títulos de anticuerpos específicos”.
Como si todo esto fuera poco, potencian la inmunidad innata en las aves de corral. Hay abundante evidencia científica que muestra que algunos fitoquímicos tienen una gran capacidad para mejorar la defensa del huésped contra las infecciones bacterianas, parasitarias y virales.
Asimismo, subrayó la importancia de “tomar conciencia sobre los riesgos del abuso y mal uso de los antibióticos en los animales de producción” y recalcó que “su uso debe estar limitado para tratar animales enfermos y eliminarlos totalmente como promotores del crecimiento de las dietas”. Frente a este contexto, los fitoquímicos toman un protagonismo clave en los sistemas productivos.
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