Cómo solucionar el estrés calórico en pollos

Como ya se sabe, la estación de verano es una de las más difíciles de afrontar en la industria del pollo, dado que además, fisiológicamente los pollos son mucho más sensibles a su crecimiento cuando se eleva la temperatura.

Escribe: Redacción Actualidad Avipecuaria

Próximos a temporadas más cálidas en esta parte del hemisferio y frente a un eventual Fenómeno El Niño 2020, el productor debe tener en cuenta que el índice de termicidad calórica podría ser elevado, lo que conllevaría a generar estrés térmico en las aves de sus instalaciones.

Las consecuencias del calor en la producción de pollos

Como ya se sabe, la estación de verano es una de las más difíciles de afrontar en la industria del pollo, dado que además, fisiológicamente los pollos son mucho más sensibles a su crecimiento cuando se eleva la temperatura, por ende las medidas a tomar para sus cuidados son mucho más importantes. Evítelo invirtiendo en mejorar sus galpones y generar un control ambiental.

Adicionalmente, la alimentación avícola también se ve afectada durante períodos calurosos. Los pollos pierden el deseo de comer y esto hace que pierdan peso, lo que hace que su crecimiento descienda durante el verano. Todo esto se ocasiona porque el intenso calor genera estrés en las aves. La modificación en el metabolismo energético y proteico genera que el porcentaje de grasa en aves aumente.

En verano, los pollos de engorde incrementan la frecuencia respiratoria para perder calor. El boqueo que se produce en las aves, como incremento de la actividad respiratoria conlleva un gasto de energía considerable. Ademas, el incremento de la frecuencia respiratoria podría generar en las aves una alcalosis respiratoria que puede generar la muerte en estos animales.

La solución

Para generar un cambio favorable y evitar que la producción de aves se vea afectada, se necesita eliminar el calor producido. La solución podría darse en reducir la ración de proteínas y así conseguir que el metabolismo de los pollos genere menos calor. Sin embargo, hacer esto generaría que el crecimiento de la pechuga baje. Por eso, sería recomendable incrementar la relación proteína-energía en verano para evitar pérdidas en la producción y tener en cuenta que la ganancia de peso mejorará de forma significativa con niveles altos de grasa.

En relación al estrés térmico de aves, la situación podría mejorar si es que se reduce la densidad de kilos de carne por metro cuadrado en los pollos, aumentar el consumo de pienso en las horas donde haya menos calor, pero más importante es controlar el ambiente donde las aves son criadas para producir un ambiente fresco.

Un correcto control de temperatura y humedad conseguirá confort en las dimensiones donde los pollos son criados.

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