Cuatro estrategias frente al alza del costo del alimento

M.V. Gastón Cassus B.

 Jefe técnico de Nutrición

Veterquimica

El año 2022, se presenta como un año en que el precio de las materias primas necesarias para la elaboración de alimento para los animales ha alcanzado precios históricos, que han quebrado la estabilidad que se venía observando desde hace algunos años, alcanzándose altos precios tanto en el maíz (Figura 1) como en la soya, insumos bases para la alimentación de los monogástricos en América. Aunque algunos factores han permitido que se haya producido una baja en los precios recientemente, la posibilidad de una disminución de los precios a los niveles anteriores es casi imposible.

Figura 1: Precio del maíz en Argentina (julio de 2014 a marzo de 2022 y estimado a junio de 2022, USD $ por tonelada).

Así, los productores se han visto en la obligación de evaluar distintas estrategias para lograr mantener los precios del alimento dentro de parámetros que permitan seguir siendo competitivos en mercados globalizados, entre los cuales encontramos:

  • Uso de fitasa en dosis altas.
  • Mejor aprovechamiento de los nutrientes en el intestino.
  • Uso de ingredientes alternativos.

La cantidad de maíz y de soya en el mercado es limitada; un repunte de la producción porcina, posterior a los episodios de peste porcina africana está provocando una mayor alza de los costos de todos los insumos; y, debido al alza del precio del petróleo, se requerirá mayor cantidad de maíz para la producción de etanol, lo que obligará a los productores a revisar estas u otras alternativas y así poder mantenerse dentro del negocio.

1. Use la fitasa en dosis altas

El aporte de nutrientes de las fitasas, derivado de las reacciones enzimáticas que permiten obtener una mayor cantidad de nutrientes desde los ingredientes, que de otra manera serían eliminados en las heces, es dependiente tanto de la cantidad de enzima que se encuentre presente en el alimento, como del sustrato que la enzima sea capaz de destruir, en este caso, el ácido fítico presente en los vegetales. Así, mientras mayor cantidad de ácido fítico se encuentra “secuestrando” otros nutrientes (calcio, aminoácidos, almidón, y más importante, fósforo) se podría –y debería– utilizar una mayor cantidad de fitasa para permitir la liberación de todos estos, disminuyendo así de manera importante el costo del alimento total.

En el mercado de las enzimas es común que los proveedores entreguen una matriz de aportes de las fitasas considerando 300 FTU para las gallinas ponedoras, y 500 FTU para la inclusión de esta en la dieta de broilers y de cerdos; sin embargo, estas enzimas pueden utilizarse en dosis diferentes a las recomendadas, en algunos casos disminuyendo su incorporación, y en la mayoría de las veces, como en la situación actual del alza de precios de las principales materias primas, aumentando la incorporación a 400, 600 e incluso 700 FTU. Este aumento de la cantidad de fitasa presente en el alimento no se refiere a la llamada “superdosis”, que además de destruir al fitato para liberar los nutrientes, busca eliminar todos los factores antinutricionales presentes en los alimentos, los que de otra manera afectarán por ejemplo al intestino, produciendo una mayor liberación de mucina y otras proteínas.

Existe una gran variedad de plantas con diversos aceites esenciales que tienen efectos benéficos en la salud intestinal, como es el caso del orégano, el ajo, romero, cilantro, la canela, eucalipto, paprika, cítricos, entre otros.

Por ejemplo, una dieta “estándar” de gallinas en el pico de postura requiere 0,5% de fósforo disponible, al cual debe ser aportado en la dieta de las ponedoras ya sea como fósforo que aportan normalmente los ingredientes, o alguna fuente externa, como fosfato bicálcico, tricálcico, monosódico, etc. Además de estas fuentes, se puede incorporar una fitasa en su dosis más común para ponedoras, 300 FTU, con lo que una fitasa de buena calidad podría liberar 0,15% de P disponible. Esta enzima permitirá además la liberación de unas 70 kcal de EM, en torno a 0,30% de proteína total y 0,17% de calcio. Sin embargo, al utilizar la misma fitasa en una dosis mayor, por ejemplo 600 FTU, se logrará una mayor liberación de nutrientes secuestrados por el ácido fítico, aumentando a 0,18% de P disponible, 90 kcal de EM, 0,40% de proteína total y 0,22% de calcio, lo que supone un aumento entre 20 y 30% de los diferentes nutrientes, lo que se verá reflejado en el costo final del alimento. Para lograr esta mayor liberación de nutrientes se requiere que se encuentre presente una cantidad de fitato que pueda ser hidrolizada por la fitasa, ya que, de no existir esta cantidad entre los ingredientes, aumentaría el consumo de alimento de las aves, elevando el costo de la alimentación. El contenido de ácido fítico de los ingredientes puede ser medido con un equipo NIR, lo que será comentado más adelante.

2. Mejore el aprovechamiento de los nutrientes en el intestino

Otra estrategia, es utilizar productos en la dieta de los animales que ayuden a un mejor aprovechamiento de los nutrientes en el intestino, como son los probióticos, aceites esenciales y ácidos orgánicos. Estos productos tienen en común varias ventajas que promueven el aprovechamiento de nutrientes a nivel de intestino. Por un lado, tienen un rol en la modulación de la microbiota, potenciando la salud intestinal; además, permiten un mayor crecimiento de las vellosidades intestinales, lo que aumenta la superficie de absorción de nutrientes. Junto con ello, tienen efecto antimicrobial, y en el caso de los probióticos, actúan contra los patógenos mediante la exclusión competitiva. Todas estas ventajas permiten al sistema digestivo un mejor aprovechamiento en la absorción de nutrientes.

Probióticos

Los probióticos son bacterias benéficas que son parte de la población microbiológica en el intestino. Existen muchísimos tipos de bacterias. En cuanto a las bacterias probióticas, éstas se pueden categorizar en bacterias colonizadoras, como los lactobacillus y en bacterias de pasaje, como los bacillus. Las primeras tienen un efecto de modulador intestinal más duradero y más rápido, pero son lábiles y más costosas. Las segundas tienen un efecto de modulador intestinal menos intenso, pero son resistentes al ambiente y más económicas. Es muy importante considerar en los probióticos, que, dentro de una misma especie, existen diferentes cepas que no tendrán la misma eficacia en la modulación de la microbiota intestinal.

Aceites esenciales

Los aceites esenciales son metabolitos secundarios de plantas y vegetales. Generalmente son compuestos aromáticos, que gracias a que tienen fenoles en su estructura química, poseen características antimicrobianas. Existe una gran variedad de plantas con diversos aceites esenciales que tienen efectos benéficos en la salud intestinal, como es el caso del orégano, el ajo, romero, cilantro, la canela, eucalipto, paprika, cítricos, entre otros. Un aspecto muy importante a considerar es que sean productos estables y que se asegure su estandarización en la extracción de los aceites esenciales. Esto quiere decir que la composición del producto a utilizar en la alimentación de los animales sea siempre la misma, para obtener siempre los mismos resultados.

Ácidos orgánicos

Los ácidos orgánicos son ácidos grasos de cadena corta, que se incluyen en el alimento y que producen un efecto beneficioso en la salud intestinal de los animales.

Los ácidos orgánicos más utilizados son el ácido fórmico, acético, propiónico y butírico. Un factor muy relevante en la efectividad de los ácidos orgánicos es la constante de disociación (pKa), la que es una magnitud que cuantifica la tendencia que tienen las moléculas a disociarse en solución acuosa.

En cuanto a los ácidos orgánicos, cuanto menor sea el valor pKa, mayor será el efecto antimicrobiano. De esta manera, productos que contienen altas cantidades de ácido fórmico, el cual tiene un bajo valor de pKa, tendrán un mayor poder antimicrobiano, pues para que el ácido pueda ingresar a la célula bacteriana necesita encontrarse en estado no disociado y luego, dentro de la bacteria, disociarse, ejercer un efecto de disminución del pH y así agotar la energía de la bacteria intentando de alguna manera volver a regular su pH interno.

3. Utilice antioxidantes en el alimento

Muchas veces nos acordamos de utilizar antioxidantes cuando se formulan dietas con la incorporación de aceites vegetales o grasas, o con muy alto contenido calórico; sin embargo, los antioxidantes permiten mantener el contenido de energía de la dieta, considerando además que es uno de los nutrientes más caros al momento de formular. Por ejemplo, el DDGS, que es un subproducto de la elaboración de etanol a partir del maíz, presenta un bajo aporte de energía a partir del almidón, pero ya que concentra el contenido de lípidos, de todas maneras entrega una interesante cantidad de energía a la ración. Así, al poseer un alto contenido de lípidos, estos pueden enranciarse rápidamente, perdiéndose el valor energético del alimento. Los antioxidantes pueden evitar la pérdida de energía y proteger a los ingredientes que componen la ración.

4. Revise el aporte nutricional de sus materias primas

Analizar el aporte de los diferentes nutrientes en las materias primas más relevantes, por ejemplo, del maíz y de la soya, puede ser una herramienta de alto valor que ayudará a bajar los costos del alimento. La alta variabilidad de los ingredientes, dependiendo de su origen y de diferencias agroecológicas en su producción, puede llevar a errores en la formulación, aumento en el costo del alimento y bajas productivas, lo que sumado a una disminución de bajar los márgenes de seguridad de los ingredientes sin conocer el real valor del aporte puede convertirse en un riesgo que a la larga será contraproducente; sin embargo, si conocemos la variabilidad de los aportes nutricionales de los ingredientes, por ejemplo con un análisis químico proximal (AQP) o con metodología NIR, la disminución de los márgenes de seguridad cobrará sentido, se hará de manera segura y no afectará la producción de los animales. De estas dos herramientas, el obtener los datos nutricionales de los ingredientes mediante un equipo NIR es un método rápido y confiable, que permitirá no solo obtener los aportes básicos como humedad, proteína total, lípidos, fibra y cenizas, que los aporta el análisis AQP de manera más lenta, sino que además perfil aminoacídico junto con su disponibilidad, aporte energético, e incluso, dependiendo de la robustez de la matriz que se utilice, permite conocer el contenido de ácido fítico, lo que permitirá aumentar el nivel de fitasas y liberar un mayor contenido de almidón y aminoácidos, como fue revisado anteriormente. Además, el análisis por metodología NIR no requiere el uso de reactivos y además de ser mucho más rápido, es más barato.

El conocer el aporte nutricional de los ingredientes impactará de manera positiva, reduciendo el costo del alimento, sin afectar el rendimiento productivo de los animales.

Estas estrategias son alternativas rentables para los productores que, debido a presiones del mercado y/o de una visión sustentable del negocio, permiten seguir compitiendo en esta industria siempre cambiante, globalizada y desafiante, donde actúan diversos actores y situaciones, como consumidores altamente exigentes e informados y un contexto mundial incierto.

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