Factores asociados a la presentación de celulitis en pollos de engorde

Factores asociados a la presentación de celulitis en pollos de engorde

M.V. Esp. Daniel Molina Meza
Área de Investigación + Desarrollo + Innovación
ilender Perú S.A.

La celulitis es una lesión en la piel del ave que solo es detectable en el centro de beneficio, una vez que la carcasa ha sido escaldada y desplumada. Entre los primeros hallazgos se observa un área de piel de color amarillento y engrosado en la parte inferior del abdomen. Un examen más minucioso del área afectada revelará una placa de material purulento debajo de la piel y los músculos subyacentes que a menudo presentan petequias.

El nivel de inflamación y el tamaño de la lesión pueden variar de una canal a otra, siendo a menudo denominadas “placas”, las cuales se localizan en la piel sobre el abdomen o entre el muslo y la línea media de la pechuga, presentando una extensa inflamación seropurulenta a caseoso con exudado fibrinoso heterófilo en el tejido subcutáneo. Aunque en algunos casos se puede recortar la carcasa, la mayoría de las veces es descartada en su totalidad, dado que, diferentes especies bacterianas se aíslan de estas lesiones, lo que es considerado como un problema de salud pública por las autoridades sanitarias en diferentes países debido al riesgo de contaminación de la canal (Nolan et al., 2020).

El organismo más frecuentemente aislado de las lesiones de celulitis es Escherichia coli. Otras bacterias se han aislado de lesiones de celulitis, las cuales incluyen Pseudomonas aeruginosa, Proteus vulgaris, Enterobacter agglomerans, Pasteurella multocida, Streptococcus dysgalactiae, Aeromonas
spp., Staphylococcus aureus, Actinomyces pyogenes, entre otros; pero no se consideran significativas (Messier et al., 1993; Singer et al., 2000).

La celulitis coliforme ha surgido como una enfermedad importante desde su descripción en 1984 debido al aumento  de los decomisos, la degradación en el procesamiento y los costos más elevados para intervenir las parvadas afectadas. En los Estados Unidos, se han estimado pérdidas anuales de $20 millones en 1991 a más de $80 millones en 1998 en la producción de pollos de engorde a causa de la celulitis coliforme (Singer et al., 1999). En Brasil, en el 2011, se estimó que las lesiones de celulitis causan una pérdida de entre 0,14% a 1,4% de la producción de carne de aves, generando pérdidas de al menos 18 mil toneladas de carne (Barbieri et al., 2013).

Se ha mencionado que los aislados de celulitis por E. coli pertenecen a los mismos serogrupos que los que causan otras formas de colibacilosis. Al buscar asociaciones significativas entre la presencia de genes asociados con la virulencia y la patogenicidad de la celulitis, se encontró que la presencia de genes para las invasinas ibeA y gimB y la cápsula KpsMTII del grupo II resultó en una mayor capacidad de Escherichia coli patógena aviar (APEC por sus siglas en inglés) para causar celulitis (Barbieri et al., 2013).

El aumento del porcentaje de decomisos causados por la celulitis en la últimas dos décadas indica que se han producido cambios en las características de los factores de riesgo asociados con la celulitis o la aparición de nuevos. El cambio más notable durante este tiempo ha sido en el genotipo y el fenotipo del ave que se cría, por lo que, no sorprende que los factores relacionados con las aves contribuyan significativamente al aumento de la incidencia de rasguños y la subsiguiente celulitis coliforme (Nolan et al., 2020).

La línea genética pesada del pollo y el rápido crecimiento son tal vez los factores más relevantes del ave moderna que predispone la presentación de celulitis. Una de las razones que pueden ayudar a explicar esta asociación es la fuerza de la piel en el pollo y el abdomen prominente que está más expuesto a los rasguños, el cual está relacionada con la genética (Elfadil et al., 1996a). La agresividad o el nerviosismo de los pollos también pueden depender de la línea del ave. Las aves de una línea más nerviosa podrían ser más activas, aumentando las posibilidades de lesionarse o arañarse. Si la agresividad es un problema, la fuente podría provenir de las mismas condiciones de la granja (Duncan, 1990).

Naturalmente la cubierta de plumas en el cuerpo del ave cumple una función de protección de la piel del daño. Al respecto, se ha reportado una asociación positiva entre la presentación de rasguños en la piel y un emplume deficiente (Elfadil et al., 1996b). Aunque se sabe poco sobre los factores nutricionales y ambientales que afectan el crecimiento y desarrollo de las plumas, las aves que se mantienen en temperaturas cálidas tienden a emplumar con menos rapidez que las aves que se mantienen en temperaturas más frías (Nolan et al., 2020). En consecuencia, un emplume deficiente
aumenta la vulnerabilidad de la piel a las agresiones mecánicas, facilitando así la invasión bacteriana del tejido subcutáneo.

Existen reportes sobre una mayor frecuencia de celulitis de tipo coliforme en machos que en hembras. En gran parte esto puede explicarse por el emplume más lento en los machos que los hacen más vulnerables a lesiones en la piel debido a una mayor exposición a eventos traumáticos (Tessier et al.,
2001). Por otra parte, el sexo también puede contribuir a la presentación de casos de celulitis debido a su asociación con el peso, la agresividad o las prácticas de manejo dentro de la granja.

Otro factor no menos importante para la presentación de celulitis es la densidad de la población. Por un lado, una alta densidad de aves por metro
cuadrado favorece el aumento de los rasguños en la piel y por otro el estrés, ya que, las parvadas nerviosas corren un mayor riesgo de una mayor prevalencia de celulitis debido al incremento del contacto entre las aves.

Las características y calidad de la cama también pueden jugar un rol en la presentación de celulitis en pollos. En relación a esto, se ha descrito que aquellas parvadas criadas con cama de paja presentaron 2,8 veces más probabilidades de experimentar celulitis que las parvadas criadas en cama de viruta de madera (Elfadil et al., 1996b).

La explicación es que físicamente la paja consiste en un material afilado y puntiagudo que puede causar lesiones menores en la piel. Por otro lado, la paja también puede proporcionar un buen medio para el crecimiento y la multiplicación de E. coli debido a su capacidad para retener más humedad que la viruta de madera.

Se ha descrito que el periodo de descanso de la granja se asocia negativamente con la presentación de celulitis en las aves, es decir; cuanto más largo es el tiempo de inactividad, menor es la incidencia de la enfermedad (Jeffrey et al., 2004). Esto respalda la hipótesis de que la carga bacteriana en el ambiente está asociada con la prevalencia de la enfermedad.

Otras condiciones relacionadas a la cama como el apelmazamiento y alta humedad durante las últimas semanas del engorde también se asocian con una
mayor prevalencia de celulitis, mientras que, las parvadas con bebederos tipo nipple tenían menos riesgo de desarrollar celulitis (Schrader et al.,
2004).

El efecto de la nutrición sobre la presentación de la enfermedad no ha sido esclarecido. Estudios refieren que los niveles de aminoácidos en la dieta
podrían jugar un rol importante, como es el caso de alimentos deficientes en cisteína y metionina que pueden conllevar a cuadros de nerviosismo y afectar el plumaje (Patel et al., 1980).

De otro lado, alimentos con alto nivel de energía también pueden contribuir a la incidencia de celulitis al aumentar la acumulación de grasa en la piel,
haciéndola más susceptible a los rasguños y lesiones (Schleifer, 1988). Las lesiones de celulitis se identifican fácilmente en el procesamiento, lo que normalmente permite utilizar los resultados del decomiso para evaluar las estrategias de control. Sin embargo, un estudio epidemiológico en Ontario encontró que el 30% de la variación en la prevalencia de la celulitis dependía de la planta de sacrificio (Hilaire y Sears, 2003). Por lo tanto, puede existir la posibilidad de una clasificación errónea y debe ser considerada una investigación para esclarecerlo. Las lesiones deben cultivarse asépticamente para determinar la presencia de E. coli.

Actualmente, no existe un tratamiento para la celulitis y la erradicación de la enfermedad no será posible debido a la presencia ubicua de E. coli. Una
alternativa como el desarrollo de agentes inmunomoduladores para el control de la celulitis sugieren que es posible un enfoque molecular (Allan et
al., 2012; Ghunaim et al., 2014), pero por el momento sería poco práctico y costoso.

En tal sentido, la estrategia para su control debería efectuarse mediante el manejo cuidadoso del medio ambiente y correcta nutrición de los pollos de engorde pesados y de rápido crecimiento, con el fin de reducir significativamente la incidencia y el impacto de la enfermedad. Se necesitará un seguimiento adecuado para garantizar la implementación y el cumplimiento de las estrategias de control para determinar su eficacia, además de la evaluación del costo beneficio.

Entre las alternativas sugeridas para disminuir la presentación de celulitis en pollos se encuentra el de proporcionar el número adecuado de comederos y bebederos para las densidades empleadas en la granja. Esto reducirá el estrés en la parvada y la competencia por equipos particularmente importante durante la etapa de engorde.

La revisión de la densidad de la población, el espacio del comedero y el bebedero (espacio efectivo), el tipo y calidad de cama, el alimento, programas de iluminación, así como, un buen saneamiento para reducir la carga bacteriana del medio ambiente; deberán ser considerados en el plan de monitoreo para la reducción de incidencia de casos de celulitis.

Por otro lado, la evolución de las lesiones por celulitis pueden ser indicativos de los eventos que originaron su presentación. Una alta prevalencia de lesiones agudas indica que se deben investigar los eventos que ocurren justo antes o durante el transporte. Por el contrario, la mayoría de las lesiones crónicas indicarían la necesidad de centrarse en eventos anteriores que ocurrieron durante el período de crecimiento.

La revisión del historial de parvadas problemáticas versus aquellas que tuvieron un buen desempeño durante el mismo período de tiempo dentro de la misma empresa permitirá hacer un mejor diagnóstico sobre los factores de riesgo (especialmente ambientales o de manejo) que pudieron influir en la
presentación de casos o no de celulitis para cada tipo de parvada. Cualquier intervención debe centrarse primero en mejorar el entorno de las aves.

La literatura se encuentra a disposición del lector y debe ser solicitada al siguiente correo electrónico: dmolina@ ilendercorp.com

 

 

 

 

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