Sistema inmunitario en gallinas ponedoras con ciclos longevos: elegir un eficaz antioxidante

Autor: Ing. Gustavo G. Draghi R.
SilvaTeam Perú Comercial S.A.C.
gdraghi@silvateam.com

Introducción:

Hoy en día, con las gallinas ponedoras comerciales modernas, es vital mantener en buen estado el sistema inmunitario. El progreso genético alcanzado en ponedoras, de modo especialmente significativo en la última década, está fundamentalmente basado en una mejora de la persistencia de producción. Esto permite alargar la vida productiva y económica de los lotes de aves.

Cuidar la nutrición, el manejo y evitar el estrés es fundamental.

Cuidado del hígado

Desde el punto de vista de la alimentación, el principio fundamental es garantizar el consumo de nutrientes que cubran las necesidades del lote, que dependerán fundamentalmente de la masa de huevo producida. Sin embargo, en las primeras semanas de producción, hay que tener muy presente que el crecimiento de las ponedoras todavía no ha concluido.

El hígado es un órgano clave para la producción de huevos y mantener un hígado sano es fundamental cuando se alargan los ciclos productivos.

Estudios recientes, publicados por el Centro de Investigación sobre Fitoterapia de España, revelan que la silymarina contribuye a la eliminación de toxinas acumuladas en el hígado. Estas toxinas son causadas por los excesos en los alimentos, micotoxinas, antibióticos, el alcohol o el uso de pesticidas.

Por otra parte, la revista oficial de la Asociación Estadounidense de Endocrinólogos Clínicos sostuvo, tras diferentes trabajos de investigación realizados en animales y humanos, que la silymarina tiene actividad antioxidante y anti fibrótica, eficaces para prevenir el daño hepático.

Es también esencial controlar la evolución del peso de las aves en producción para estimar su balance energético y evitar exceso de grasa. La utilización de factores lipotrópicos favorecerá el mantenimiento de un hígado eficiente en la hidroxilación de la vitamina D, lo que repercutirá también en una mejor calidad de la cáscara.

Alimentación mineral

La alimentación mineral es otro aspecto determinante para mantener una calidad de cáscara adecuada. Esto adquiere todavía mayor trascendencia cuando hablamos de mayor producción de huevos por ave y de prolongación de la vida productiva.

Conforme avanza la edad de las aves, el tamaño de huevo aumenta, pero el porcentaje de cáscara disminuye y, como consecuencia, aumentan las necesidades minerales de las gallinas.

Las estrategias nutricionales en recría tienen que priorizar el crecimiento temprano de las aves para garantizar un buen desarrollo esquelético, así como la formación de las reservas minerales adecuadas en forma de hueso medular.

Ya en la fase de puesta, uno de los parámetros fundamentales por su impacto sobre la calidad de la cáscara es el tamaño y la solubilidad de las partículas de calcio aportadas con el alimento o como suplemento.

Los antioxidantes a base de polifenoles ayudaron a prevenir una caída en la producción diaria de huevos por gallina y mejoraron la salud de las aves durante la temporada de verano.

Los horarios de alimentación también tendrán un efecto determinante, recomendándose que se ajusten de manera que las aves consuman la mayor parte de la ración durante la tarde. Así, se puede garantizar una cantidad suficiente de calcio almacenado en la molleja que, solubilizándose lentamente durante la noche, se utilizará para la calcificación del huevo.

Buen emplume

El mantenimiento de un buen estado de emplume, en lotes de edades avanzadas, es otro aspecto a tener en cuenta por su impacto económico, ya que afecta al índice de conversión y, a menudo, también, a la viabilidad.

La presentación física del alimento y la utilización de fórmulas diluidas, que incorporen materias primas con un contenido elevado en fibra insoluble, tendrá un efecto favorable sobre el comportamiento de las aves al minimizar el picaje de plumas.

Estrés oxidativo y el uso de antioxidantes

La producción comercial de aves está expuesta a cuadros de estrés de diferente índole. Como resultado de ello, se afectan tanto la respuesta productiva como la reproductiva en diferentes grados, y estas dependen de la magnitud del factor estresante.

Ellas producen continuamente, durante su metabolismo fisiológico, reacciones bioquímicas con producción de radicales libres que, si no controlamos, pueden poner en peligro la integridad celular.

Desde el punto de vista nutricional, las aves pueden sufrir estrés por un desbalance de vitaminas y minerales, particularmente de elementos traza, presencia de micotoxinas en el alimento, alteraciones en la calidad de aceite o grasa adicionada al alimento.

Estudios realizados indican que la mayoría de los cuadros de estrés a nivel celular están asociados con el estrés oxidativo. Este se debe a una producción del radical libre mayor de lo fisiológicamente normal o a una inadecuada protección antioxidante.

Los efectos del estrés oxidativo sobre el metabolismo celular han sido bien documentados en una gran variedad de especies. El sistema que se ve más rápidamente afectado es el sistema inmunitario, ya que es especialmente sensible a las ROS.

Cuadros patológicos e ineficacia de los planes vacunales son sus principales consecuencias.

En los sistemas intensivos y, en épocas de estrés ambiental (estrés por calor, alto metabolismo, inflamación, etc.), sus niveles pueden aumentar en gran manera. Estos pueden causar daños significativos a las estructuras celulares, daño oxidativo al ADN, lípidos y proteínas, mayor susceptibilidad a enfermedades, rendimiento animal deficiente y deterioro de la calidad de los productos animales.

Las aves de corral son particularmente sensibles al estrés por calor debido a la ausencia o deficiencia de los mecanismos fisiológicos involucrados en la termorregulación.

El uso de los polifenoles, antioxidantes fitogénicos, tienen un efecto positivo sobre el rendimiento de los animales con estrés por calor.

Los antioxidantes a base de polifenoles ayudaron a prevenir una caída en la producción diaria de huevos por gallina y mejoraron la salud de las aves durante la temporada de verano.

La eficacia de los polifenoles para gallinas ponedoras se ha evaluado en granjas comerciales donde se adicionaron en momentos de elevado estrés calórico.

Inclusión de un antioxidante

Un antioxidante es una molécula capaz de retardar o prevenir la oxidación catalítica y el enranciamiento natural, o provocado, con la colaboración de la luz, altas temperaturas, aire, residuos metálicos, etc., de otras moléculas.

Los nutricionistas incluyen sistemáticamente antioxidantes en las formulaciones con destino a la alimentación animal con el fin de prevenir las alteraciones oxidativas de las grasas, vitaminas liposolubles y pigmentos.

La adición de estas substancias se hace también directamente en determinadas materias primas como las propias grasas, harinas de pescado, etc.

Con su empleo se intenta evitar, o retardar, situaciones oxidativas que degradan el alimento (pérdidas de energía, proteínas y vitaminas), que instauran problemas organolépticos, que producen grandes pérdidas comerciales (baja en el consumo de alimento con la consiguiente afectación del desempeño productivo) y que pueden dar lugar a secuelas toxicológicas de enorme importancia.

Antioxidantes para la nutrición animal

La mayoría de los antioxidantes son aportados por la dieta (vitamina E, selenio, carotenos, etc.), mientras que otro grupo de compuestos con acciones antioxidantes son sintetizados dentro del cuerpo (glutatión, enzimas antioxidantes, etc.).

Un balance fino entre los anti- y pro-oxidantes en las células en el tracto gastrointestinal, y en todo el cuerpo, es responsable del mantenimiento de la salud del ave, de su productividad y de su respuesta reproductiva.

1) Los endógenos son las enzimas (proteínas) con capacidad antioxidante que no se consumen al reaccionar con los radicales libres y son dependientes de sus cofactores como el cobre, hierro, zinc, magnesio y selenio.

2) Los exógenos provienen de la dieta y, a diferencia de las enzimas, se consumen al reaccionar con los radicales libres, y deben ser remplazados. Estos son los que a nivel nutrición nos importan más en la producción animal y, según su origen, se clasifican en dos grandes grupos:

Sintéticos: Se caracterizan por su elevada actividad química, alta eficacia a dosis bajas, coste reducido y alta estabilidad. Sin embargo, son objeto de preocupación los productos secundarios que pueden generarse en el proceso de fabricación del alimento o pienso. Una vez ingeridos, por el hombre o por el animal, puede dar lugar, en un futuro, a una legislación más restrictiva.

Naturales: No solo no suelen presentar problemas frente a la salud, sino que hay evidencia de determinados efectos beneficiosos.

Las vitaminas C y E son antioxidantes específicos. Estos se utilizan normalmente como suplementos para contrarrestar los productos químicos oxidantes que se originan durante el daño de células.

La vitamina C también desempeña un papel dominante en el aumento de la producción de células T para una resistencia creciente a la infección bacteriana y viral, y a las alergias. La vitamina E, por su parte, previene la oxidación de vitamina A, de glóbulos rojos y de ácidos grasos no saturados.

El caroteno, un compuesto anaranjado de un hidrocarburo no saturado encontrado en muchas plantas, se convierte en la vitamina A en el hígado. Es imprescindible para la piel, el crecimiento, digestión y para la reparación de los tejidos del cuerpo y de las membranas mucosas de protección de la boca, nariz, garganta y pulmones para reducir la vulnerabilidad a las infecciones.

Combinación de Polifenoles

Los polifenoles, un grupo de compuestos químicos antioxidantes encontrados extensamente en las plantas, frutas y verduras, se llaman como ‘modificantes biológicos de la respuesta de la naturaleza.

Tienen una capacidad incorporada fuerte de afectar la manera en que el cuerpo responde a los alergénicos, virus y a los agentes carcinógenos.

Están extensamente presentes en plantas y las protegen contra microbios e insectos.

Estos compuestos naturales, al ser combinados adecuadamente, potenciados y complementados con otros aditivos quelantes (ácido cítrico, ácido ascórbico y EDTA), ayudan a un mejor funcionamiento de los compuestos base.

Poseen actividad antioxidante y captadora de radicales libres, y aumentan la capacidad de los sistemas endógenos de defensa frente a la oxidación, modulando así, el estado redox celular.

Son antioxidantes naturales capaces de prevenir la formación de radicales libres a través de las enzimas implicadas en su producción como la xantina-oxidasa, de secuestrar metales de transición que promueven la formación de dichos radicales y de regenerar antioxidantes, como el α-tocoferol.

Conclusiones:

Año tras año, la producción de huevos comerciales ha evolucionado hacia unas genéticas mucho más exigentes y longevas.

Durante todo el proceso de producción, desde la recepción de las pollitas, toda la fase de crecimiento y la fase de producción, las gallinas sufren y son susceptibles a periodos de estrés oxidativo.

Hoy en día es vital mantener un buen estado del sistema inmunitario de las gallinas, al cuidar su nutrición, su manejo y evitando el estrés oxidativo, mediante la adición de antioxidantes en la dieta.

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